Tensión en la coalición británica por una agresiva campaña contra la inmigración
Un ministro liberal-demócrata critica el plan de exigir fianza a ciertas personas que pidan un visado
El portavoz del primer ministro británico aseguró este lunes que David Cameron no está de acuerdo con el ministro de Negocios, el liberal-demócrata Vince Cable, que el domingo calificó de “estúpida y ofensiva” una campaña contra la inmigración ilegal. La campaña, puesta en marcha a modo de prueba en seis municipios de Londres o sus aledaños, consiste en dos camionetas que se pasan el día circulando por la zona con un cartel gigante con la leyenda “¿En Reino Unido ilegalmente? Vete a casa o arriésgate a ser detenido”.
Los sin papeles que quieren ser repatriados voluntariamente no tienen más que enviar un mensaje con la palabra home (casa) a un número de teléfono que figura en el anuncio. También se informa a los transeúntes del número de inmigrantes irregulares detenidos la semana anterior en esa zona.
La campaña ha sido tildada de racista por el agresivo “Go Home” con que está encabezada. Pero ha recibido también críticas por su carácter partidario. El UKIP, por ejemplo, considera que su único objetivo es ayudar al Partido Conservador en su lucha particular con ese partido, con las dos formaciones jugando la carta de la dureza contra la inmigración. Pero también ha levantado ampollas en el principal partido de la oposición, los laboristas, y en el socio menor de la coalición que gobierna en Reino Unido, los liberales-demócratas, que años atrás llegaron a defender la necesidad de aprobar una regularización masiva de los irregulares a la que renunciaron durante la pasada campaña electoral.
Vince Cable, que como ministro de Negocios ve la parte positiva que aportan los inmigrantes a la economía, cree que es “estúpida y ofensiva y es muy poco probable que continúe”. “Aparentemente está diseñada para dar miedo a la población británica y hacerle creer que tenemos un problema enorme con la inmigración ilegal. Tenemos un problema, pero no enorme. Y hay que afrontarlo con mesura y yendo a las causas subyacentes”, añadió Cable.
En esa misma línea de discrepancia con la política sobre la inmigración, Cable mostró este lunes en declaraciones al Financial Times su discrepancia con el proyecto de hacer pagar una fianza de 3.000 libras (casi 3.500 euros) a determinadas personas como condición para darles un visado de entrada a Reino Unido. “Es una política muy decepcionante y no ha sido acordada en el conjunto de la coalición y parece lanzar el mensaje equivocado de que Gran Bretaña está cerrada a los negocios”, dijo.
Sin embargo, en lo que parece una respuesta directa al ministro liberal, el portavoz del primer ministro ha subrayado que la campaña del Go Home “está funcionando” y después de la experiencia piloto de estos días podría extenderse al conjunto del país. Sin embargo, no dio cifras sobre cuántos irregulares han decidido dejar el país tras ver el anuncio.
Dos furgonetas se han paseado durante la semana pasada por los municipios de Barnet, Hounslow, Barking and Dagenham, Ealing, Brent y Redbridge, elegidos por su número o muy bajo o muy alto de inmigrantes sin papeles que han pactado el retorno a su país. El Home Office no ha pedido permiso a esos municipios porque la inmigración es competencia del Gobierno central. El líder del consejo municipal de Brent, el laborista Muhammed Butt, se declaró la semana pasada “horrorizado” por la campaña, de la que se enteró por Twitter. A su juicio es “un acto desesperado” y lo único que conseguirá “es que la gente se esconda”. “En un municipio como Brent, donde el 65% de la gente es de origen inmigrante, no es más que una política que provoca división”, añadió.
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