La Comunidad del Caribe, en plena crisis de los cuarenta
A cuatro décadas de la fundación de Caricom, el transporte y las diferencias económicas divide a los países de la región
Los países miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) se enfrentan a un examen de conciencia sobre las fallas internas que le han impedido avanzar hacia una sólida integración comercial en los 40 años transcurridos desde su fundación. Los jefes de los 15 Estados que integran el bloque, reunidos en la 34ª cumbre que comenzó el miércoles y terminará el sábado en Puerto España (Trinidad y Tobago), buscan fórmulas para resolver los problemas de transporte y aduanas que mantienen incomunicadas a sus naciones entre sí y para promover el incipiente comercio interregional. También evalúan la incorporación de República Dominicana como miembro pleno, en un intento por fortalecer la presencia internacional del grupo.
Caricom se fundó el 4 de julio de 1973 también en Puerto España, con la firma del Tratado de Chaguaramas. La Comunidad del Caribe es el segundo movimiento de integración más antiguo que sigue en pie después de la Unión Europea; pero en estos años, sus miembros no han sido capaces de lograr acuerdos duraderos que fortalezcan el comercio, la seguridad y el desarrollo mutuo.
“¿Se mantendrá Caricom unida como un bloque que sus propios constructores rechazan?”, se preguntó el diario Jamaican Observer en su editorial del pasado miércoles 26 de junio, adelantándose a la agenda de la cumbre y aludiendo a “la pereza, el cinismo y las dudas” que hoy día embargan a los integrantes del grupo, divididos en igual medida por sus diferencias y similitudes. Los 15 países que integran la Comunidad del Caribe cuentan con pequeñas economías y producen los mismos bienes y servicios —azúcar, plátanos y turismo, fundamentalmente— lo cual no ayuda al intercambio intrainsular. Y sus niveles de desarrollo son diversos: el PIB per cápita de Bahamas, el país más rico del bloque, fue de 21.985 dólares en 2010 mientras que el de Haití, la nación más pobre, fue de unos de 671 dólares en el mismo periodo, de acuerdo con las cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La agenda de esta 34ª cumbre fue elaborada bajo la premisa de acortar esas distancias. Las físicas, en primer término, con la búsqueda de mecanismos de negociación para mejorar el transporte entre los países miembros, por vía aérea y marítima, y para flexibilizar de los trámites de aduanas para la circulación de personas y mercancías. “Nuestros bienes tienen que viajar por el Caribe más rápido, de una forma más barata. No hay nada más urgente para nosotros ahora mismo que avanzar en la integración y en el transporte”, dijo este miércoles el primer ministro de Granada, Keith Mitchell, durante la ceremonia inaugural del encuentro, tras criticar que desde el Caribe sea más sencillo viajar a Norteamérica que a las propias islas que integran la región.
Hasta el momento, la Comunidad del Caribe no ha logrado establecer una sola línea aérea para conectar sus aeropuertos más importantes y abaratar los costos de transporte o, en su defecto, acordar una alianza entre las seis aerolíneas, públicas y privadas, que operan en el área y compiten entre sí. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha brindado ayuda a la Caricom para el desarrollo de un plan de transporte regional integral, pero la defensa de los intereses nacionales y empresariales conspira en su contra.
Otro de los puntos clave del encuentro será la incorporación de República Dominicana como miembro pleno de la alianza, propuesta formalmente por Trinidad y Tobago. “El proceso de reformas que está en curso debe hacer a la comunidad no solo más eficiente y eficaz, sino también más relevante. En este sentido, les insto a que consideren la expansión de nuestra membresía para recibir a República Dominicana en la familia de la Caricom”, ha pedido este miércoles la primer ministro trinitaria, Kamla Persad-Bissessar, durante la instalación de la cumbre, dos días después de asumir, por los próximos seis meses, la presidencia pro tempore del bloque.
La Caricom de los primeros años estaba integrada por cuatro países —Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago— y está conformada actualmente por 15 naciones; Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Haití, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, y Surinam se sumaron más tardes. La mayoría de ellos son Estados insulares, que a su vez pertenecen a la Mancomunidad Británica de Naciones. Doce de sus miembros forman parte, a su vez, de Petrocaribe: el mecanismo de cooperación energética creado en 2005 por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez para financiar las compras de petróleo de sus socios y acentuar su influencia política en la zona.
China y Estados Unidos también han mostrado su interés en desarrollar proyectos energéticos en la región, especialmente en Trinidad Tobago, que cuenta con importantes reservas de gas y petróleo. Para demostrarlo, el vicepresidente estadounidense Joe Biden y el presidente chino Xi Jinping visitaron Puerto España a finales de junio, con una diferencia de apenas tres días. El reto que se ha planteado Trinidad y Tobago, ahora a la cabeza del bloque, es aprovechar ese interés renovado de los socios nuevos y antiguos para liderar el relanzamiento de la Caricom.
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