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Maryam Rajavi / Líder opositora

“Las elecciones son una mascarada de un régimen cada vez más débil”

Desde su exilio en París, la líder opositora denuncia que el ganador, Rohaní, será un presidente “sin poder y en manos de Jameneí”

Maryam Rajavi, líder de Consejo de la Resistencia, en Génova.
Maryam Rajavi, líder de Consejo de la Resistencia, en Génova.REUTERS

Desde su exilio en París, Maryam Rajavi, la carismática líder del Consejo Nacional de la Resistencia (CNR) y de la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán (PMOI), valora las elecciones presidenciales organizadas por el régimen de los ayatolás como “una mascarada”, denuncia que la dictadura ha perpetrado “un nuevo y enorme fraude electoral” y afirma que el ganador, Rohaní, será un presidente “sin poder y en manos de Jameneí”. Rajavi añade que el vencedor es “cualquier cosa menos un moderado”, y pide a la comunidad internacional que “no pierda más tiempo negociando con Teherán por el bien del pueblo iraní y de la seguridad en la región”.

Pregunta. ¿Cómo valora los resultados?

Respuesta. Las elecciones han sido una mascarada. No ha sido una elección sino una selección de presidente realizada por Jameneí, el líder de la Revolución islámica. Los candidatos reformistas fueron eliminados de la carrera electoral antes de los comicios, y solo quedaron los más favorables al Guardián. A la vez, los comicios han sido una nueva muestra de la extrema debilidad del régimen. La prueba del miedo que tienen es que han desplegado un millón de policías y fuerzas de seguridad para controlar al pueblo y evitar una nueva rebelión.

P. Pero el régimen habla de un 72% de participación.

R. Es pura propaganda. Ya sabemos que su costumbre es multiplicar por 4 o 5 el número de votantes. Gente de nuestro movimiento estuvo en las mesas electorales de todo el país y pudo comprobar que la mayoría de los colegios estaban vacíos, y que el régimen ordenó cerrar muchos de ellos para que no se viera que el pueblo boicoteaba la elección. La población es de 55 millones de personas, pero el régimen cuenta 50 para elevar la participación. Además, usan millones de carnés de identidad de personas muertas para aumentar las cifras.

P. ¿Es Rohani un moderado partidario de algunas reformas, o se trata de otra farsa?

R. ¡Es otra farsa! El nuevo presidente ha sido durante 16 años el secretario del Consejo Nacional de Seguridad, donde representa a Jameneí; fue uno de los fundadores de la Sociedad de Clérigos Combativos, próxima al líder máximo; participó en la represión de las revueltas estudiantiles en los años noventa, y en 2001 ordenó lanzar mil misiles contra un campamento de la resistencia. Además, Jameneí le encargó que dirigiera las negociaciones nucleares con la troika europea. Es un hombre de su absoluta confianza.

P. Pero la comunidad internacional se ha aprestado a decir que está deseando trabajar con él.

R. Aunque nada ha cambiado, imagino que la comunidad internacional querrá ver qué hace el régimen con algunos asuntos cruciales. La prueba del algodón es la libertad expresión, la liberación de los prisioneros políticos, la creación de partidos políticos, la beligerancia en Siria e Irak y la continuación del programa nuclear. Esto nos dirá si hay cambios no, pero nosotros creemos que no los habrá. El poder en Irán está en manos de un solo hombre, pero de todos modos Rohaní ya ha dicho explícitamente que apoya el programa nuclear, y ha admitido que en 2000, cuando era el jefe de la negociación, engañó a la troika y eso permitió al régimen seguir adelante con el programa nuclear.

 P. ¿Cree que Occidente se engaña a sabiendas?

R. Espero que tengan éxito en cambiar algunas cosas, pero es triste que los Gobiernos occidentales estén deseando negociar con alguien que no hará ningún cambio porque no tiene poder. La eliminación previa de los candidatos reformistas indica que el régimen no tiene intención de hacer ninguna reforma. Al mismo tiempo, la dictadura está tan débil que ni siquiera puede tolerar a alguien como Rafsanjani. Esto indica que no hay otra solución salvo que la resistencia aumente la presión hasta que el pueblo haga caer al régimen.

 P. ¿Cree que la comunidad internacional comparte esa idea?

R. El régimen nunca saldrá de su cerrazón, y seguir negociando con ellos solo dañará más al pueblo de Irán y a la paz mundial. Es preciso sacar lecciones de las negociaciones anteriores, de lo que pasó con el asunto nuclear y con Irak. Ha habido más de 40 rondas de negociación sobre el programa atómico, y ninguna conclusión. Los Guardianes de la Revolución apoyan a El Asad y están entrenando milicias para enviarlas a Siria. Lo único que podemos hacer es compartir nuestra información, y decir que seguir negociando conducirá al desastre; si seguimos por ese camino el final será la tercera guerra mundial. La única solución es que el régimen acabe, no una intervención militar ni una negociación. Esperamos que la comunidad internacional ayude de verdad al pueblo iraní y dé más apoyo a la oposición. Ustedes los españoles saben bien lo que es una dictadura, tuvieron 40 años a Franco, y saben también que una dictadura no se democratiza sola.

P. ¿Por qué cree que Jameneí está más débil que nunca?

R. La eliminación de Rafsanjani les ha debilitado mucho. Y el sábado lanzaron otra vez misiles contra Camp Liberty, el campamento de nuestro pueblo en Irak. Hubo dos muertos y 70 heridos. Estos actos criminales son habituales contra el PMOI y el CNR. Y revelan que el régimen sabe que somos la única alternativa y la mayor amenaza para su supervivencia. Por eso nos disparan. El ataque ha sido condenado por el secretario de Estado de EE UU, John Kerry. Pero en estas circunstancias, es urgente que Occidente actúe por razones humanitarias y haga lo posible para dar más seguridad a los exiliados y para acabar con el régimen. Deben entender que el PMOI y la oposición interna son la única alternativa a la expansión del fundamentalismo islámico en toda la región.

P. ¿Quiere enviar un mensaje a los exiliados y a la oposición?

R. Mi mensaje al pueblo de Irán, a los jóvenes y las mujeres que intentan derribar el régimen es que incrementen su resistencia y sus protestas contra los ayatolás, no solo por cuestiones internas, sino también por la seguridad de la región. Solo si el pueblo permanece unido contra el régimen, podremos reestablecer una república laica y suprimir la religión de Estado. Esa es la única vía hacia el cambio; la el régimen debe caer para que vuelva la democracia. Mi mensaje es: tened esperanza y aumentad la presión. Y esperamos que la comunidad internacional entienda que, si no cambia de actitud, será una catástrofe para todos.

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