México mantiene el programa de reformas pese a la tensión electoral

La ambiciosa batería de reformas acordada por los tres partidos mayoritarios en el Congreso mexicano (PRI, PAN y PRD) marca la agenda política y no entiende de recesos ni de elecciones. Los coordinadores de las tres bancadas han acordado la convocatoria de dos periodos extraordinarios este verano para avanzar en el desarrollo de algunas de las reformas incluidas en el Pacto por México, pese a la convulsa contienda electoral que se celebrará el próximo 7 de julio para elegir Gobierno en Baja California y la alcaldía de más de 900 municipios en 14 Estados.

El calendario del presidente Enrique Peña Nieto marca que a principios de septiembre se presentarán dos de las reformas más ambiciosas y de difícil acuerdo entre las distintas fuerzas políticas: la energética y la hacendaria. Los tiempos establecidos obligan de esta forma a seguir avanzando en las ya aprobadas, como la educativa o la de telecomunicaciones, o en las que se enquistaron durante los meses anteriores, como la del control de deuda a los Estados o la de transparencia.

El Congreso, cuyo reglamento establece que desde el 30 de abril y hasta el 1 de septiembre está en receso (con sesiones únicamente los miércoles), trabajará este año a diario entre el 15 y el 30 de julio y del 15 al 30 de agosto. En el primer periodo extraordinario las dos cámaras tratarán de sacar adelante el acuerdo sobre transparencia y sobre las competencias del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI), un debate que enfrentó a priístas y panistas el penúltimo día de sesiones del periodo ordinario.

En esta quincena también se tratará de aprobar la iniciativa sobre el endeudamiento de los Estados, una ley que enfrentó a las dos cámaras mexicanas por un tema de competencias el pasado mes de abril. La norma pretende evitar el crecimiento desaforado de las deudas estatales, que en el último sexenio aumentaron un 148% hasta superar los 400.000 millones de pesos (32.500 millones de dólares) y dejaron a varias regiones al borde de la bancarrota.

En el caso de esta reforma la polémica no fue por el típico enfrentamiento entre partidos, sino entre las propias cámaras. Los senadores aprobaron el texto, pero los diputados alegaron que era su competencia iniciar los trámites en reformas que afectan a materia de endeudamiento. El periodo de sesiones que marca el calendario mexicano llegó a su fin sin un acuerdo, con lo que la reforma quedó paralizada.

Julio será el mes en el que también se tratará de debatir la creación de una Comisión Nacional Anticorrupción y de un Código de Procesamientos Penales Único, con la intención de unificar y armonizar la legislación e impartición de justicia en todo el país, actualmente en manos de 32 textos legales diferentes, uno por Estado.

Durante la segunda quincena de agosto, el Congreso prevé desarrollar las leyes secundarias de las reformas educativa y de telecomunicaciones, tan importantes como las propias reformas en sí, ya que serán las que verdaderamente marquen el alcance de los cambios.

Está por verse todavía cuándo comenzará a debatir una de las reformas más esperadas por los partidos de la oposición: PAN y PRD. La reforma política y electoral que un sector panista y de la izquierda espera que sea profunda: con la aprobación de una segunda vuelta en las elecciones o con la posibilidad de que los diputados y políticos locales puedan ser reelegidos. Unas medidas que nunca han convencido al presidente Peña Nieto y que los políticos de la oposición amagan con utilizar como moneda de cambio para la aprobación de las reformas fiscal y energética.