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Rabat, París y Moscú logran que EE UU renuncie a su iniciativa sobre el Sáhara

París, Moscú y, en menor medida, Madrid lograron que Washington edulcorara su propuesta El rey Mohamed VI y los partidos políticos marroquíes rechazaron el proyecto estadounidense

Francia, Rusia y España han logrado abortar la propuesta de EE UU para que la Minurso, el contingente de la ONU desplegado en el Sáhara, pudiese supervisar el respeto de los derechos humanos.

EE UU intentó la semana pasada corregir una anomalía y presionar a Marruecos y al Frente Polisario para que pongan más empeño en la negociación hoy en día estancada, según fuentes diplomáticas.

Su embajadora ante la ONU, Susan Rice, presentó al Grupo de Amigos del Sáhara —integrado por España y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad— un proyecto de resolución que ampliaba el mandato de la Minurso para que vigilase los derechos humanos en la antigua colonia española y en áreas bajo la autoridad del Polisario. Minurso es la única misión de paz que carece de competencias en esa materia.

Sin llegar a amenazar con el veto Francia y Rusia se esforzaron por diluir la iniciativa de EE UU. Las reservas de París fueron formuladas en público, el viernes, por Philippe Lalliot, el portavoz de su diplomacia.

Sin criticar la iniciativa estadounidense el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, se parapetó detrás de la posición franco-rusa. Abogó por el “consenso” y porque la embajadora presentase una nueva propuesta. Su entorno dejó caer que sería bueno que el Alto Comisionado para los Refugiados se ocupara de los derechos humanos en la zona aunque no forme parte de sus atribuciones.

En un debate celebrado el 20 de junio en el Congreso de los Diputados, García-Margallo se había, sin embargo, mostrado partidario de atribuir a Minurso esa nueva competencia como también lo hizo en su día su predecesora socialista en el cargo, Trinidad Jiménez.

A la oposición franco-rusa se añadió la animadversión de las autoridades de Marruecos. El palacio real publicó un comunicado rechazando la iniciativa, porque es una ofensa a su “soberanía”, que secundaron partidos políticos, instituciones y hasta ONG de derechos humanos con la excepción de la más importante, la Asociación Marroquí de Derechos Humanos.

Rabat escenificó su enojo cancelando unas maniobras militares con EE UU, que debían empezar a fin de mes. Su ministro de Exteriores, Saad Eddine El Othmani, arremetió, por primera vez, el lunes en el Parlamento contra EE UU.

El borrardor de resolución cosechó, en cambio, aplausos de prestigiosas ONG de derechos humanos como Human Rights Watch (HRW) y la Fundación Robert Kennedy que jugó un gran papel a la hora de sensibilizar al secretario de Estado John Kerry. La Unión Africana también respaldó el proyecto de resolución.

Ante tantas acometidas Susan Rice dio, el fin de semana, un paso atrás. Propuso que no fuera la Minurso sino el Alto Comisionado para los Derechos Humanos el que vigilara su cumplimiento en la zona lo que equivalía a que la labor se ejerciera con menos medios, pero los aliados de Marruecos no se dieron por satisfechos.

Rice puso ayer sobre la mesa un texto que sí logró el consenso. Subraya la necesidad de alentar el respeto de los derechos humanos, pero no se prevé ningún mecanismo para lograrlo. Será votado antes de fin de mes.

“Es decepcionante que, ante el rechazo de Marruecos, EE UU dé marcha atrás”, declaró Eric Goldstein de HRW. “El lenguaje aguado del nuevo borrador de resolución no está a la altura del llamamiento hecho por el secretario general de la ONU. Ban Ki-moon, en su informe sobre el Sáhara Occidental sobre la necesidad de una supervisión de los derechos humanos independiente, imparcial, global y sistemática”.

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