La UE rebaja el embargo petrolífero a Siria para asistir a la oposición
Los rebeldes buscan crear una unidad militar que proteja los campos petrolíferos que controlan Los opositores aseguran que el domingo aparecieron 566 cadáveres, sobre todo en Damasco
Bruselas va ampliando cada vez más los intercambios con la oposición siria, sin atreverse a dar el salto político de levantar completamente el embargo aplicado sobre el régimen. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea abrieron este lunes una excepción más para mejorar la situación de los rebeldes. Los Veintisiete podrán, en adelante, comprar y vender petróleo a las fuerzas opositoras, según han explicado varias fuentes diplomáticas.
La decisión se une al avance sobre el terreno de las milicias rebeldes, que han logrado hacerse con el control, en los pasados meses, de varios yacimientos petrolíferos, aunque carecen de las instalaciones necesarias para refinar el crudo. Fuentes del Ejército Libre Sirio en Turquía revelaron este lunes que sus comandantes están buscando vías para crear una unidad militar de hasta 30.000 hombres que, entre otros cometidos, asegure los campos petrolíferos y las vías de transporte del crudo.
Por otra parte, los Comités de Coordinación Local, un grupo opositor, dijo que el domingo se encontraron 566 cadáveres, entre ellos decenas de niños, en su inmensa mayoría en la provincia de Damasco, la capital, escenario en los pasados días de enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas leales al régimen. Sólo en la localidad de Jdiadet Al Fadel el régimen ejecutó sumariamente a 85 personas el domingo, según varios grupos opositores.
A partir de ahora, la UE autorizará tres tipos de transacciones con los rebeldes: importaciones de crudo, exportaciones de material clave para la industria energética e inversiones en la industria petrolera del país. Antes de aprobar cualquiera de estas operaciones, cada país consultará a la coalición de fuerzas revolucionarias para asegurarse de que la transacción beneficia a los rebeldes y no al régimen.
“Es importante para nosotros enviar la señal de que estamos abiertos a ayudar por todas las vías posibles, incluidas aquellas que beneficien económicamente a la oposición”, ha asegurado el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, a su llegada al Consejo de Exteriores celebrado en Luxemburgo.
Siria era uno de los mayores productores de petróleo en la zona, antes de que comenzara la revuelta contra el régimen de Bachar El Asad en 2011. Entonces, producía 380.000 barriles de crudo diarios, lo que permitía unas exportaciones anuales que llegaban a los 3.000 millones de euros, principalmente en venta a los países de la UE. La guerra civil ha afectado notablemente esa capacidad de producción. El Gobierno no facilita cifras actualizadas.
En 2012 los rebeldes comenzaron a hacerse con el control de los campos de petróleo en la provincia de Deir el Zour, al este del país, uno de los dos mayores centros de producción en el país. Para las milicias opositoras, el problema es el del refinamiento. Pueden hacerse con el control del crudo, pero las dos instalaciones industriales donde se refina el producto se hallan en las ciudades de Homs y Banias, bajo recaudo de las tropas de El Asad.
La decisión de este lunes de la UE se suma a otra relajación del embargo adoptada a finales de febrero para enviar a la oposición vehículos blindados, chalecos y cualquier otro material que no sea considerado armamentístico, además de asistencia técnica para la protección de civiles. Para el resto de elementos, el embargo rige hasta el 1 de junio.
Frente a esa postura, la mayoría de los países (con Alemania a la cabeza) recela de dar por terminado el embargo de armas por el temor a que acaben en las manos equivocadas. Es decir, en las de los grupos más radicales, como el Frente Al Nusra, que luego pueden utilizarlas para objetivos alejados de la lucha contra las fuerzas de El Asad.
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