El juez aplaza el juicio al opositor ruso Alexéi Navalny
La defensa del político y bloguero, acusado de robo, había solicitado una prórroga
El político ruso de oposición Alexéi Navalny cuenta con una semana más para preparar su defensa ante el tribunal de la ciudad de Kírov que le juzgará por la organización de un supuesto robo de madera y material forestal acaecido en 2009. El juicio, que Navalny considera una estratagema urdida para invalidarle para futuras elecciones, debía haber comenzado hoy miércoles. Para presenciarlo, numerosos seguidores del abogado y bloguero, así como cuantiosos periodistas, se habían desplazado a aquella villa provinciana a casi mil kilómetros al Este de Moscú. Sin embargo, el juez Serguéi Blinov, dio a la defensa una semana más para estudiar el expediente.
Navalny fue uno de los activistas de la oposición que apoyó al gobernador de Kírov, Nikita Belykh, un liberal crítico al que el Kremlin dio la oportunidad de dirigir una provincia problemática y demostrar así su capacidad de gestión. En calidad de asesor del gobernador, Navalny ayudó a organizar en 2009 una empresa intermediaria (Viatskaya Lesnaya Kompania) encabezada por Piotr Ofitzerov, a quien conocía de los tiempos en que ambos militaban en el partido Yábloko (del cual Navalny fue expulsado por sus ideas nacionalistas). El fin de Viatskaya Lesnaya Kompania era trabajar con un consorcio forestal local (Kirovles) que empleaba a más de 4.000 personas y que ahora está arruinado. Navalny y Ofitzerov son acusados de haber robado 10.000 metros cuadrados de productos forestales por más de 16 millones de rublos (unos 400.000 euros) entre mayo y septiembre de 2009.
A tenor del acta de acusación, la intermediaria trató de monopolizar los contratos de Kirovles y de sus filiales. Sin embargo, Navalny niega que se hubiera cometido ningún robo y afirma que el intermediario por él apoyado compró una mínima parte de la producción de Kirovles.
La decisión del juez de retrasar una semana la vista de la causa satisface en parte la petición de la defensa de Navalny, que había solicitado un mes de prórroga. Con todo, el séquito del bloguero se sintió defraudado, por la inutilidad del fatigoso viaje en tren a Kírov y la lucha por hacerse con sitio en la sala del juzgado, donde solo dejaron entrar a 60 personas. Entre quienes acudieron a Kírov estaban el diputado de la Duma estatal Dmitri Gudkov, y Borís Nemtsov, que fue viceprimer ministro en tiempos de Borís Yeltsin. El gobernador Belykh, por su parte, había abandonado la ciudad en viaje de trabajo, según la emisora Kommersant.fm. En vista de la situación, los seguidores de improvisaron un mitin por las calles de la ciudad y repartieron octavillas a los transeúntes, que por lo general declinaban entablar conversación, según Gazeta.ru.
Navalny, que ha expresado su deseo de ser presidente de Rusia, cobró fama por su lucha contra la corrupción y dirige una fundación especial dedicada a la investigación de irregularidades en la gestión pública. Entre sus proyectos se cuenta la página web Rospil, donde se analiza el sistema de compras del Estado. Contra Navalny hay un total de cuatro procesos incoados, que, según el bloguero, responden a motivos políticos. En una reciente conversación con varios corresponsales extranjeros, el bloguero afirmaba que todos los miembros de su familia, incluida su suegra, habían sufrido registros.
En la oposición antisistema de Rusia, Navalny se considera uno de los políticos más carismáticos. Muchos analistas opinan, sin embargo, que el bloguero no está maduro y carece de experiencia para un puesto como la presidencia del país. Además, las ideas nacionalistas que profesaba hace unos años y sus salidas en ocasiones impulsivas y arriesgadas asustan también a un sector de la oposición, partidario de una evolución pacífica hacia formas más democráticas de gestión. En opinión de Navalny, el “mecanismo económico” que permitía a los rusos vivir mejor está dejando de funcionar debido a la recesión que se avecina y el “mecanismo de propaganda” pierde efecto, por lo cual “la represión será el primer recurso” para mantener el sistema. Navalny es partidario de “sacar a la gente a la calle” y opina que la tarea de la oposición es “lograr que en Rusia haya por fin elecciones honradas y libres”. Asegura que en Moscú “hay dos millones de personas dispuestas a salir a la calle”, pero, dado que no lo hacen, eso supone que la oposición no es “bastante convincente”. Varios centenares de personas se manifestaron el miércoles en Moscú en solidaridad con el bloggero.
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