Echeverría recomendaba a Estados Unidos mejorar su relación con Cuba

El expresidente mexicano Luis Echeverría recomendó a Estados Unidos establecer mejores relaciones con Cuba, según se observa en una serie de cables diplomáticos desvelados por Wikileaks esta semana. En mayo de 1975, el entonces presidente se reunió con el senador Jacob Javits y el embajador estadounidense Joseph John Jova y les mencionó que en los últimos años Cuba había dejado de “exportar la revolución al resto de América Latina” y que el presidente cubano, Fidel Castro, se había convertido en un personaje más prudente.

“Él (Echeverría) pensaba que era más sabio establecer relaciones con Castro porque siempre había operado bajo el principio de que era mejor observar lo que los izquierdistas hacían desde dentro que oponerse ciegamente a ellos desde fuera”, escribió el embajador Jova sobre las opiniones del expresidente mexicano. Anteriormente, Jova había conversado con Echeverría y este le había recomendado un acercamiento comercial con el país socialista para “sacar a Cuba de la órbita de los soviéticos”. En septiembre de 1977, Estados Unidos abrió la Sección de Intereses en La Habana.

A las autoridades diplomáticas de Estados Unidos también les preocupaba la relación de México con los independentistas de Puerto Rico. En varios cables de agosto y septiembre de 1975, el embajador Jova explica que ha comunicado al ministro de exteriores mexicano, Emilio Rabasa, su interés por que ni el Gobierno de Echeverría, ni su partido –el PRI- colaboraran con los activistas que buscaban la separación de la isla de Estados Unidos. Rabasa explicó al diplomático que Echeverría estaba enterado de su petición y que “no se preocupara”.

La cercanía entre las autoridades diplomáticas mexicanas y la estadounidenses es notable en los casi 61.000 documentos que Wikileaks ha desvelado sobre México. En un cable de agosto de 1974, el embajador Jova describe una reunión en casa de Rabasa en la que el ministro mexicano le pide moderación en la política de Estados Unidos hacia los “inmigrantes ilegales”. Rabasa reconoció que México no contaba con las mejores condiciones económicas para que sus ciudadanos tuvieran buenos empleos y se quedaran en el país. “Hablando confidencialmente, (Rabasa) dijo que para él era particularmente embarazoso como mexicano pedirnos aceptar a los trabajadores mexicanos que ansiaban dejar su país”, escribió Jova en un reporte entregado al secretario de Estado, Henry Kissinger.

El papel del ministro Emilio Rabasa

El ministro mexicano de Exteriores Emilio Rabasa se reunía con regularidad con el embajador Jova. Unos 330 documentos reunidos por Wikileaks hablan del papel de Rabasa como intermediario entre Echeverría y el Gobierno de Estados Unidos. El mismo Kissinger dirigió algunos mensajes directamente al funcionario mexicano y le pidió su punto de vista sobre varios temas, principalmente acerca de las cumbres internacionales.

Emilio Rabasa, hijo del excanciller, ha rechazado los señalamientos que los documentos del Departamento de Estado hacen sobre su padre y su opinión sobre el presidente chileno, Salvador Allende, donde se le atribuye que lo describió como “un mal administrador que entendía muy poco de los problemas económicos”.

“Mi padre fue un gran admirador de Salvador Allende como el demócrata que llevó a su país, por la vía de las urnas, al triunfo del socialismo. (Mi padre) no tuvo un doble discurso, tenía una concepción integral del hombre, del político, del demócrata, del administrador que era Allende”, ha expresado el hijo de Rabasa a este diario.

Cuando ocurrió el golpe de Estado en Chile en 1973, Rabasa padre e hijo se encontraban en París. El entonces canciller recibió la noticia con sorpresa y conocer que se había desarrollado en un clima de violencia “lo afectó profundamente”, ha contado su hijo quien asegura que fue el diplomático quien convenció al presidente Echeverría de dar asilo a los chilenos refugiados en la embajada de México en Santiago.

La publicación de los cables diplomáticos expone las actividades de Rabasa como canciller y la especial vigilancia que Estados Unidos mantenía sobre la relaciones entre México y Chile durante la época. El hijo de Rabasa asegura que ningún país presionó a su padre para cambiar su postura diplomática sobre Chile. “En cuestiones de decisiones soberanas (mi padre) era especialmente puntilloso. No podía permitir, ni consentir que un gobierno extranjero pudiesen ni remotamente influir en una decisión soberana del Gobierno de México”.