Nikos Pappás, un almirante contra la dictadura griega
Secuestró un destructor en unas maniobras de la OTAN para denunciar la dictadura en su país
La irrisoria dictadura portuguesa vivió su momento de épica cuando el transatlántico Santa María fue secuestrado en 1961 por un grupo de demócratas, entre ellos algunos oficiales, en un acto de rebelión antifascista contra el dictador Antonio Salazar, pero también contra el español Francisco Franco. Fue la epopeya del Santa Liberdade, como los piratas rebautizaron el barco, y un grito de atención al mundo –obviamente acallado por los respectivos regímenes- sobre lo que sucedía en la Península. La dictadura griega de los coroneles (1967-74) conoció un momento de emoción semejante con el motín del Velos (Flecha), un destructor de la armada que en 1973 participaba en unas maniobras de la OTAN en aguas italianas, y cuyo comandante, el almirante Nikos Pappás, desvió para alertar al mundo de la falta de democracia en su país. Pappás murió el pasado día 5 en un hospital de Atenas, víctima de un cáncer, a los 83 años.
Informar a las agencias de prensa internacionales de la hazaña, y hacerlo a través de un teléfono público, como hizo Pappás aquel 23 de mayo, demuestra qué artesanal y ardua podía ser la lucha por la democracia hace solo unas décadas. Tras participar en unas maniobras multinacionales entre la Italia continental y Cerdeña, Pappás, secundado por sus oficiales y toda la marinería, se negó a regresar a Grecia. Todos ellos habían tenido noticia días antes del arresto de varios compañeros de armas por el régimen que detentaba el poder en Atenas y, convencidos de la imposibilidad de fraguar cualquier movimiento democrático en el interior de Grecia, decidieron dar el golpe fuera de sus fronteras.
Pappás avisó al alto mando de la OTAN de lo que se proponía hacer citando el preámbulo del Tratado del Atlántico Norte, que consagra la obligación de salvaguardar la democracia por parte de los Gobiernos de los Estados miembros. Luego, desvió el Velos hacia la costa italiana; lo atracó a seis kilómetros del puerto de Fiumicino y allí, junto con seis oficiales y 25 marinos del buque, pidió asilo político. El comandante ganó la costa en un bote, llamó por teléfono desde una cabina del aeropuerto de Fiumicino a las agencias de prensa internacionales y las convocó a una conferencia de prensa para el día siguiente, en la que denunció la violación de los derechos humanos en su país, la persecución de opositores y disidentes y la insania de los chusqueros al mando en Atenas.
La Junta de los coroneles expulsó de inmediato a Pappás del Ejército y le retiró la nacionalidad. El Velos regresó a su base un mes después, con una tripulación auxiliar, luego de que la marinería insistiese en sumarse al acto de rebelión. Tras la restauración de la democracia, en 1974, Nikos Pappás regresó a Grecia, donde fue jefe de la Armada entre 1982 y 1986 y ministro de la Marina Mercante entre 1989 y 1990. El Velos alberga hoy un museo de la historia de la resistencia contra la dictadura militar y está anclado en el puerto de Palio Fáliro, no lejos de Atenas.
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