Dimite el primer ministro libanés tras no alcanzar un consenso sobre las elecciones
Nayib Mikati no logra el consenso de los partidos para la formación de una comisión electoral
El primer ministro libanés, Nayib Mikati, ha presentado este sábado su dimisión ante la incapacidad del Gobierno de alcanzar un consenso en torno a las reformas que debían asegurar la celebración de elecciones el próximo mes de junio. “Espero que la dimisión allane el camino para una solución al bloqueo político”, ha declarado esta mañana, después de que el presidente Michel Suleiman aceptase la renuncia que supone la caída en bloque del Gobierno en un momento de máxima tensión en el país.
El anuncio de Mikati sucedió la noche del viernes a una reunión del Gabinete en la que debía aprobarse la composición de un órgano supervisor electoral. Las divergencias en el seno del Ejecutivo hicieron imposible alcanzar un acuerdo y dinamitaron la reunión. El propio primer ministro dimisionario ha admitido que su renuncia responde también a la negativa de varios miembros del Gobierno de prorrogar el mandato del jefe de la policía, Ashraf Rifi, rechazada por el partido-milicia chií Hezbolá.
El momento no podía ser más sensible. La Unión Europea ya ha expresado su preocupación porque un vacío de poder haga sucumbir a Líbano ante la situación de inestabilidad en la región, azuzada por el conflicto sirio. “La ausencia de consenso en el seno de las fuerzas políticas en el Gobierno y el Parlamento ha derivado en un estancamiento, sobre todo sobre las elecciones, mientras que continúan los problemas de seguridad”, ha declarado la alta representante para la Política Exterior, Catherine Ashton.
Líbano debe celebrar elecciones el próximo 9 de junio, pero tras casi un año de debate sobre la reforma de la ley electoral ha sido imposible alcanzar un consenso entre las dos coaliciones que polarizan el espectro político. “Parece que ninguna ley será aprobada dentro del plazo constitucional”, se ha lamentado Mikati, que llamó ayer, durante el anuncio de su dimisión, a retomar el diálogo, boicoteado durante meses por el opositor Movimiento del Futuro, liderado por el ex primer ministro Saad Hariri, e intentar formar un nuevo Ejecutivo de salvación nacional.
El propio Mikati ha reconocido que ya intentó abandonar el Ejecutivo en otras dos ocasiones, tras la formación en 2011 del Tribunal Internacional que investiga el asesinato en 2005 del entonces primer ministro Rafiq Hariri y después de que un atentado en Beirut acabase con el jefe de la inteligencia policial, Wassam al-Hasan, en octubre del año pasado.
Al impás político se suma el empeoramiento de la situación de seguridad, conforme aumenta la violencia sectaria a la que el Ejército no puede hacer frente. Solo en los tres últimos días han muerto al menos seis personas, entre ellas un soldado, en enfrentamientos armados en Trípoli, al norte del país. Esta misma semana los pueblos que salpican la frontera con Siria han sufrido también intermitentes ataques por parte de los rebeldes, después de que la aviación del régimen de Bachar el Asad bombardease por primera vez territorio libanés.
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