Muere un general iraní en una emboscada cerca de Damasco
Los rebeldes sirios se han responsabilizado del asesinato La televisión iraní se lo atribuye a “presuntos agentes israelíes”
Los principales mandos de los Guardianes de la Revolución iraní (también conocidos como Pasdarán) han asistido este jueves al funeral por uno de sus generales muerto en Siria. Su muerte es lo único seguro en este confuso caso. Fuentes iraníes han acusado a “mercenarios y apoyos del régimen sionista”, una expresión con la que el régimen de Teherán se refiere a los rebeldes sirios, y asegurado que ocurrió el martes. Sin embargo, el Ejército Libre de Siria (ELS) afirma que el militar, identificado con dos nombres distintos, murió en enero durante el ataque aéreo israelí contra Siria.
En un comunicado, del que se ha hecho eco la agencia Efe, el portavoz del ELS, Fahd al Masri, afirma que el general Hosam Joshnevis perdió la vida, junto a varios colaboradores, en el bombardeo israelí del 30 de enero, en Jamraya, a las afuera de Damasco. Según Al Masri, el militar iraní se encontraba supervisando el traslado de armas y cohetes a Líbano, previsiblemente para la milicia chií de Hezbolá. De ser así, la muerte de Khosnevis habría puesto en una difícil tesitura a Irán cuya retórica antiisraelí exigiría que hubiera pasado a la acción para responder a ese insulto.
Sin embargo, la versión iraní de que Khoshnevis había muerto el pasado martes, había sido respaldada por un jefe rebelde citado por la agencia Reuters, que incluso precisó el lugar del ataque, muy cerca de la frontera libanesa, y por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Esta organización, que cuenta con una amplia red de militantes en toda Siria, explicó que había recibido un disparo de “bala en una emboscada tendida por los rebeldes cuando salió de Damasco en dirección a Líbano”.
Para añadir más confusión al asunto, PressTV, la cadena de televisión iraní en inglés, dijo que la víctima era el “general Hassan Shateri”. Sin embargo, la Embajada de Irán en Beirut, citada por las agencias internacionales de noticias, le identificó como Husam Khoshnevis . Al parecer, este último era el alias bajo el que trabajaba en Líbano, oficialmente como “presidente de la Comisión iraní para la reconstrucción de Líbano”, una estructura establecida por Irán tras la guerra que en el verano de 2006 libraron Israel y Hezbolá. Para los críticos de ese grupo, se trata de una cobertura para el envío de armas y material militar.
Ahora la explicación del ELS da pábulo a las alegaciones de los medios iraníes sobre la implicación de “presuntos agentes israelíes” (PressTV). La República Islámica, enzarzada en una guerra secreta con Israel, asocia en su propaganda la insurrección contra el régimen de su aliado Bachar el Asad con el Gobierno israelí, pero no ha ofrecido ninguna prueba de que exista ese vínculo.
En cualquier caso, la presencia de un general iraní en Siria sólo da más argumentos a los rebeldes que acusan a Teherán de estar enviando combatientes y asesores militaras para ayudar a El Asad a aplastar la revuelta, que ya se prolonga 22 meses y, según la ONU, ha causado 70.000 muertos. Irán siempre ha negado ese extremo.
Sin embargo, no es la primera vez que miembros de los Pasdarán tienen problemas en territorio sirio desde que hace dos años estallara la revuelta contra el régimen de Damasco. En agosto del año pasado, los rebeldes secuestraron a 48 miembros de esa fuerza militar, a los que acusaron de ser asesores militares. Teherán dijo que se trataba de militares retirados en viaje de peregrinación a un santuario. Tras intensas negociaciones, el Gobierno iraní logró que El Asad liberara a 2.000 prisioneros a cambio de que los insurgentes dejaran en libertad a sus nacionales.
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