Al menos cuatro soldados libaneses mueren cerca de la frontera con Siria
El incidente tiene lugar en un momento de máxima tensión tras el reciente ataque contra objetivos sirios por la aviación israelí
Cuatro soldados del Ejército regular libanés y dos milicianos han fallecido este viernes en el transcurso de los violentos enfrentamientos registrados en la localidad de Arsal, situada en el noreste de Líbano. Otra decena de personas -entre soldados y milicianos- han resultado heridas de diversa consideración. Según testigos presenciales citados por el diario libanés The Daily Star los tiroteos comenzaron después de que los militares abatieran previamente a Jaled Hmayyad, un destacado miembro local de la organización Jabhat al Nusra, activa dentro del bando rebelde que lucha contra el régimen de Bachar el Asad en la vecina Siria.
Los pueblos fronterizos del norte de Líbano, al igual que en la demarcación entre Siria y Turquía, se han convertido en santuario para algunos grupos rebeldes que luchan junto a los suníes dentro de la guerra civil siria, que según las estadísticas de Naciones Unidas ha causado ya más de 60.000 muertos. Éstos se aprovechan de la porosidad de la frontera común -sobre todo en las zonas montañosas- para reorganizarse y rearmarse, perpetrando luego ataques contra el Ejército sirio.
Aunque las operaciones de búsqueda y captura de aquellos que prestan apoyo a los rebeldes en Líbano no ocurren con asiduidad, cuando lo hacen tienden a provocar incidentes con los habitantes de los pueblos en los que se cobijan. Igualmente se han producido casos en que el Ejército sirio ha lanzado proyectiles de mortero o disparado contra estos libaneses, lo que ha provocado las protestas formales del Gobierno de Beirut, pero no acciones de represalia.
Por otra parte, según las agencias de información internacionales, el Ejército sirio efectuó nuevas operaciones militares en los barrios periféricos de Damasco, dos días después de que la aviación israelí bombardeara un centro de investigación sirio ubicado en la zona. El Gobierno ha justificado esta nueva ofensiva en el extrarradio de la capital –que se ha cobrado más de una treintena de muertos– diciendo que disponía de información sobre la inminencia de “un nuevo atentado terrorista contra objetivos institucionales”.
Entretanto, continúa la tensión entre Siria e Israel por el mencionado bombardeo, que según fuentes occidentales además del centro de investigación militar podría haber afectado a un convoy que, al parecer, transportaba un cargamento de misiles tierra-aire hacia la frontera con Líbano para una hipotética entrega a Hezbolá. A las amenazas proferidas ayer jueves por el Embajador sirio en Líbano, el Jefe del Estado Mayor del Ejército sirio, el General Ali Abdula Ayoub, ha advertido hoy de que “cualquiera que se piense que está probando nuestras capacidades podría estar incurriendo en un grave error”, mientras pasaba revista a varias unidades acantonadas cerca de Damasco.
Desde hace ya meses varios miembros del Ejecutivo y mandos militares israelíes han manifestado su preocupación por que el régimen de Bachar el Asad, de sentirse amenazado, pudiera utilizar sus arsenales de armas químicas contra los rebeldes o bien transferir sistemas avanzados de armamento a Hezbolá. En el caso de tener acceso a misiles antiaéreos, la milicia chií podría llegar a abatir alguno de los cazabombarderos israelíes que constantemente violan el espacio aéreo libanés. Esto supondría un cambio cualitativo dentro de la guerra fría que mantiene desde agosto de 2006 con el Ejército israelí, a pesar de la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU y del despliegue ese año de la segunda fase de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL).
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