Europa desplegará una misión de entrenamiento con 450 militares
Bruselas asegura que Francia no ha pedido un apoyo más comprometido Las autoridades comunitarias temen que la crisis dure meses
Europa se prepara para lo que puede ser un largo conflicto en Malí. Los ministros de Exteriores de los 27 países comunitarios se reúnen mañana en Bruselas para concretar y acelerar la misión de entrenamiento de tropas que debería estar lista a mediados del próximo mes. Distintas fuentes europeas admiten que el avance de los rebeldes y la intervención de Francia en el conflicto obligan a cambiar los detalles de una misión prevista por un periodo de 15 meses. El conflicto “no es solo una amenaza para África, sino también para Europa”, ha alertado hoy la canciller alemana, Angela Merkel.
Generales, coordinadores y otros dirigentes del Comité Militar de la Unión Europea y del Servicio Europeo de Acción Exterior rediseñan a toda prisa una misión prevista desde hace meses para dar al Ejército maliense una formación que le permita hacerse con el territorio y garantizar la democracia. Pero el recrudecimiento del conflicto dificulta el despliegue del personal europeo. Fuentes diplomáticas admiten que puede no ser tan fácil entrenar a los soldados malienses cuando muchos de ellos están participando en los combates, aunque oponen que la Unión Europea utilizará la base de una localidad al noreste de Bamako alejada de los conflictos. La misión constará de 200 instructores y otros 250 efectivos de una fuerza de protección y tendrá un coste de 12,3 millones de euros. La presencia de fuerzas de seguridad puede incrementarse en función de las circunstancias.
Los ministros tendrán mañana un poderoso incentivo para comprometerse a prestar el máximo apoyo al Gobierno de Malí: la presencia en ese encuentro del ministro de Exteriores del país africano, Tieman Hubert Coulibaly. Los líderes de los países comunitarios ofrecerán apoyo al Ejército siempre que las fuerzas armadas se comprometan a intentar restaurar la legalidad lo antes posible. Y liberarán las partidas destinadas a proyectos de seguridad y desarrollo en la zona (167 millones de euros además de otros 172 en ayuda humanitaria) cuando se vea “una hoja de ruta clara”.
Las fuentes comunitarias insisten en que la misión de entrenamiento se acelera a petición de Francia y que el Gobierno de François Hollande no ha reclamado ir más allá para apoyar la intervención francesa. “Francia no está sola; es un país muy capaz desde el punto de vista militar y están agradecidos por lo que estamos haciendo”, aseguran en Bruselas.
Aunque no se trate de fuerzas de combate, la Unión Europea es consciente de que su presencia en Malí representa una amenaza para la seguridad de los 27 países y especialmente para los ciudadanos europeos presentes en el Sahel, más susceptibles de sufrir secuestros y ataques. El temor fue expresado poco antes de que se conociera la muerte de dos extranjeros y el secuestro de 41 occidentales en Argelia reivindicada por un grupo próximo a Al Qaeda. La reunión de ministros de mañana deberá decidir cómo dar respuesta este tipo de situaciones. Además de poner en peligro a los ciudadanos, el conflicto en Malí amenaza intereses estratégicos europeos como el suministro de energía y la lucha contra el narcotráfico. Fuentes oficiales temen que la situación de emergencia pueda demorarse “semanas, si no meses”.
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