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La OTAN advierte a Siria de que no tolerará el uso de armas químicas

Rasmussen asegura que los misiles Patriot en Turquía solo tendrán misiones defensivas

Guillermo Altares (ENVIADO ESPECIAL)
Un par de personas camina junto a un edificio bombardeado en Alepo.
Un par de personas camina junto a un edificio bombardeado en Alepo.Narciso Contreras (AP)

La decisión de la OTAN de desplegar baterías antimisiles Patriot en Turquía, que tomaron este martes los ministros de Exteriores de la Alianza reunidos en Bruselas, se ha cruzado con las crecientes informaciones del espionaje occidental de que el régimen de Damasco podría estar preparando sus arsenales de armas químicas para utilizarlos contra la oposición. El despliegue de los Patriot se producirá en las próximas semanas, una vez que se cierren todos los aspectos técnicos, aunque la Alianza ha insistido en que se trata de una medida únicamente defensiva, sin ningún propósito ofensivo, ni siquiera para apoyar la creación de una zona de exclusión aérea, precisa el comunicado.

Sin embargo, la hipotética utilización de armas químicas por parte del régimen de Bachar el Asad puede provocar un cambio radical en la decisión de Occidente de mantenerse al margen de la guerra civil siria. "El posible uso de armas químicas sería inaceptable y esperaría una reacción inmediata de toda la comunidad internacional", indicó este martes Rasmussen en Bruselas. "Los 28 ministros han mostrado unánimemente su gran preocupación por los informes que señalan que el régimen sirio podría estar pensando en utilizar sus armas químicas. Eso sería inaceptable y una violación de la ley internacional", manifestó Rasmussen que, sin embargo, insistió una y otra vez en que la Alianza no tenía ningún plan, ni siquiera la intención de intervenir en Siria. "Condeno en los términos más duros la violencia en Siria y espero que la comunidad internacional actúe. Pero la responsabilidad de la Alianza es proteger su territorio".

En cambio, Estados Unidos, Francia y Reino han advertido directamente a Bachar el Asad que, de confirmarse las informaciones que manejan sus servicios secretos, que señalan que está desempolvando y preparando sus arsenales químicos, actuarían de forma contundente.

En las últimas horas se han multiplicado las informaciones provenientes de Washington que indican, primero, que Bachar el Asad ha movido sus arsenales de armas de destrucción masiva y, segundo, que ha comenzado a mezclar elementos que podrían ser utilizados para forjar gas sarín, un agente nervioso devastador. Para evitar accidentes, las armas químicas se almacenan con sus elementos separados, que solo se mezclan cuando van a ser utilizadas. La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, que se encuentra este martes en Bruselas, reiteró el mismo mensaje que había lanzado el presidente Obama: el uso de ese arsenal representaría "cruzar una línea roja".

"Desplegar misiles en la frontera no sirve para mejorar la situación, más bien la empeora", afirma el presidente ruso, Vladímir Putin

"Los arsenales químicos sirios constituyen una enorme preocupación para nosotros. Sabemos que los tiene y deben ser incluidos en nuestros cálculos. Por eso queremos ofrecer una protección efectiva a nuestro aliado en un plazo lo más rápido posible", señaló Rasmussen que, sin embargo, en una conversación con periodistas el lunes manifestó que se trataba de un terreno hipotético.

Por ahora se trata de informaciones de los servicios secretos estadounidenses e israelíes sobre el terreno, reveladas el lunes por el diario The New York Times y confirmadas posteriormente por la Casa Blanca. Sin embargo, en los últimos días sí se ha producido un importante cambio sobre el terreno que ha aumentado el temor a que El Asad tome una medida tan brutal como desesperada, pese a que el Gobierno ha desmentido que vaya a utilizar ese tipo de armas: los combates en la capital se han acentuado, llegando a producir incluso el corte de la carretera que lleva al aeropuerto. EE UU y la ONU anunciaron el lunes la evacuación de todo su personal no esencial de Siria.

Lo grave es que la falta de piedad que el dictador sirio ha demostrado en los 20 meses de guerra, la brutalidad con la que ha castigado a las poblaciones civiles de lugares como Homs, Alepo o los suburbios de Damasco y la sensación de que está cada vez más acorralado, le convierten en alguien totalmente capaz de tomar una decisión suicida. Un periodista ruso con muchas conexiones en el régimen relataba recientemente a The New York Times que El Asad sabe que, si trata de huir, es muy posible que le maten los suyos y que si queda le matarán con toda seguridad sus enemigos.

En la sede la OTAN todos los portavoces insisten en que el despliegue de los Patriot se hace más urgente ante las nuevas amenazas sobre el terreno, pero que no hay sobre la mesa ningún plan de ataque y que este sistema antimisiles es solo defensivo. "En ningún caso tendrá funciones ofensivas ni servirá para apoyar una hipotética zona de exclusión aérea", señaló el secretario general, Anders Fogh Rasmussen, durante la cumbre de ministros, que se celebra este martes y mañana en Bruselas.

Rasmussen insistió en que los rusos habían sido informados del proceso de despliegue en todo momento y que se trata de un asunto interno de la OTAN, en defensa de un país que ha solicitado ayuda invocando el artículo cuarto, que se activa cuando un miembro de Alianza pide apoyo a sus socios ante una amenaza inmediata. En el caso turco, se trata del peligro de que se desborde la guerra en Siria o incluso de un ataque directo de Damasco, que acusa a Ankara de apoyar a la oposición. Proyectiles sirios han alcanzado bastantes veces territorio turco y provocado cinco muertos en octubre en una ciudad fronteriza. Eso sí, los Patriot son capaces de interceptar misiles Scud con su complejo sistema de radar, incluso pueden tumbar aviones (aunque la OTAN ha precisado que no serán utilizados para eso), pero no tienen capacidad para detener proyectiles de mortero o artillería. "El objetivo es proteger a la población turca y al territorio turco ante ataques con misiles. Es un asunto totalmente defensivo. No tenemos intenciones ofensivas", agregó.

El Consejo de Ministros comenzó precisamente con un encuentro de los 28 socios con Rusia, que estuvo casi enteramente dedicado a la cuestión siria. Moscú es uno de los pocos aliados que le quedan al dictador sirio, que ha sumergido a su país en una guerra civil que se prolonga desde hace 20 meses y que ya ha provocado 40.000 muertos, según la oposición, y una gigantesca crisis de refugiados en los países vecinos. "Desplegar misiles en la frontera no sirve para mejorar la situación, más bien la empeora", declaró el lunes el presidente ruso Vladímir Putin, que se reunió en Estambul con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, sentenció al término del encuentro con los ministros de la OTAN: "Siria no es Libia y esperamos que no haya tentaciones de montar una intervención exterior en Siria".

Los expertos militares señalan que se necesitan entre 18 y 20 baterías para cubrir los 900 kilómetros de frontera entre Siria y Turquía, en el sureste de la zona OTAN. Fuentes de la organización citadas por la agencia AFP señalaron que lo más probable es que se desplieguen en torno a seis baterías, con un equipo de entre 300 y 400 soldados. El sistema Patriot está también preparado para derribar aviones, aunque fuentes atlánticas indicaron que en Turquía solo se utilizarán contra misiles Scud, que el Ejército de Bachar el Asad podría cargar además con armamento químico. Alemania, Holanda y Estados Unidos son los países que participarán en el despliegue.

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Sobre la firma

Guillermo Altares (ENVIADO ESPECIAL)
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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