Mersch, elegido consejero del BCE con la única oposición de España
Su elección rompe el pacto tácito de que los cuatro grandes países del euro estén representados en el consejo ejecutivo
El órdago español se ha quedado en nada. El nombramiento del luxemburgués Yves Mersch como consejero del Banco Central Europeo (BCE), que el Gobierno de Mariano Rajoy bloqueó por sorpresa la semana pasada, ha sido la única decisión en firme que ha salido de la primera jornada de la cumbre europea. Y supone un revés en toda regla para Madrid: Mersch sustituirá a José Manuel González-Páramo en el muy importante órgano directivo del Eurobanco. Por primera vez en la historia del organismo, se rompe el pacto tácito de que los cuatro grandes países del euro estén representados en el consejo ejecutivo.
El nombramiento de Mersch ha sido una carrera de obstáculos. Primero contó con el no del Parlamento Europeo en protesta por la total ausencia de mujeres en la cúpula del organismo que fija la política monetaria de los 17 países del euro. Esa negativa supuso un importante golpe político, pero no un golpe de gracia, ya que el voto de la Eurocámara no es vinculante. El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz, reconoció ayer que no le ha gustado la decisión del Consejo. “Tomo nota. Este no es un buen camino para la cooperación entre las dos instituciones”, aseguró.
El segundo quebradero de cabeza para el luxemburgués le llegó inesperadamente por parte de España, que bloqueó su nombramiento como protesta por la pérdida de poder en el organismo que encabeza Mario Draghi. Pero el disparo del ministro de Economía, Luis de Guindos, era de fogueo, como se hizo patente en la reunión de líderes de ayer. España fue incapaz de encontrar aliados en su estrategia y se quedó sola en su voto en contra de Mersch, como señaló el presidente francés, François Hollande. El Gobierno de Rajoy no se ha quedado ni siquiera con el premio de consolación al que aspiraba. La dirección del fondo de rescate europeo o Mecanismo Europeo de Estabilidad irá a parar al alemán Klaus Regling —exejecutivo de un hedge fund—, y no a la candidata española, Belén Romana, que se hará cargo de la dirección del banco malo español.
El camino del luxemburgués hacía la cúpula del BCE ha quedado expedito. El hombre que lleva dirigiendo el Banco Central de Luxemburgo desde 1998 asumirá el cargo el próximo 15 de diciembre para un mandato de ocho años.
El nombramiento de Mersch supone una victoria para Alemania, que coloca a un representante del ala más ortodoxa de la política monetaria. Berlín se oponía a que un español —Antonio Sáinz de Vicuña— asumiera este cargo después de que los dos puestos más importantes estén ocupados por dos europeos del sur: el italiano Mario Draghi (presidente) y el portugués Vítor Constâncio (vicepresidente).
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