Libia presiona a la Corte Penal para juzgar al hijo de Gadafi en Trípoli
La Corte acusa a Saif el Islam de crímenes contra la humanidad y reclama su traslado a La Haya Los jueces internacionales temen que no tenga un juicio justo en su país, donde hay pena de muerte
Libia ha pedido tiempo este martes a la Corte Penal Internacional (CPI) para erigir un sistema judicial que le permita juzgar adecuadamente a Saif el Islam, hijo del depuesto líder Muamar Gadafi. La Corte acusa a El Islam de crímenes contra la humanidad cometidos en 2011 contra los rebeldes que tumbaron a su padre, y ha ordenado su entrega a su sede, en La Haya. Trípoli dice que debe ser procesado a domicilio, aunque el país carece de figuras esenciales para ello, como la Fiscalía General del Estado. Tampoco hay jueces apropiados para un caso de esta envergadura. La Corte solo accederá a que el juicio sea celebrado en Libia si sus representantes legales la convencen de que El Islam tendrá un juicio justo.
“Necesitamos tiempo para organizar nuestra justicia, y la comunidad internacional debe tener paciencia. Ello contribuirá a la reconciliación nacional”, ha dicho Ahmed el Jehani, letrado libio, en nombre de su país. Como muestra de la buena voluntad de las autoridades libias, ha añadido que las leyes nacionales incluirán los delitos de crímenes de guerra y contra la humanidad, contemplados ahora solo por la justicia internacional.
Uno de los mayores temores de la CPI es que Saif el Islam carezca de defensa apropiada en un país con pena de muerte. Philippe Sands, otro jurista representante de Libia, ha intentado despejar esa duda. Según él, “el propio El Islam ha rechazado los abogados libios que se le han ofrecido hasta la fecha”. “Desde luego, si llegara a juicio sin representante, se lo pondrán de oficio”, ha asegurado.
La situación no es fácil desde el punto de vista legal. Trípoli no piensa extraditar a Saif el Islam, pero si no consigue convencer a la Corte de que podrá hacerse cargo del caso, ésta seguirá reclamando al acusado. La abogada Melinda Taylor, adscrita a la defensa de El Islam por la propia CPI, presentará también sus dudas sobre la posibilidad de que tenga un proceso ecuánime en su país. Taylor y su colega español, Esteban Peralta formaban parte de una delegación de la Corte retenida en junio pasado en Libia cuando fueron a ver a Saif el Islam. Su liberación precisó de grandes esfuerzos diplomáticos.
Saif el Islam ejercía de primer ministro de hecho del régimen de Muamar Gadafi hasta su caída, en octubre de 2011. Detenido él mismo un mes después, se encuentra en la zona montañosa de Zintán, al noroeste del país. Allí le custodia la brigada local. La Corte Penal le acusa de perseguir a los insurgentes y a la población, y también de violaciones masivas a las mujeres.
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