La artillería turca responde de nuevo a la caída de un proyectil desde Siria
“Quienes ponen a prueba nuestra fuerza cometen un error”, advierte el primer ministro Erdogan
La situación en la frontera entre Turquía y Siria en el puesto fronterizo de Akcakale era hoy de una calma tensa. El primer ministro Recep Tayyip Erdogan mantuvo su discurso agresivo desde Estambul mientras en la frontera varios tanques, una importante presencia militar y los restos de las explosiones que acabaron con la vida de cinco personas recordaban la cercanía de la guerra.
Mientras tanto, otro proyectil sirio cayó en una zona deshabitada del distrito de Yayladagi, en la provincia de Hatay, en el extremo suroeste de Turquía, que de nuevo respondió con su propia artillería disparando hacia el lado sirio, según ha confirmado esta tarde a la prensa el gobernador de Hatay.
La localidad turca de Akcakale, a apenas unos 200 metros de la frontera con Siria, intentaba hoy volver a la normalidad. Casi todas las tiendas estaban abiertas en el centro del municipio, de unos 27.500 habitantes, y las calles estaban llenas de personas. Entre ellas, muchos niños, ya que las escuelas has estado cerradas durante las últimas semanas por precaución.
Sin embargo, el alboroto se diluye en las calles más cercanas a la frontera, prácticamente vacías, ya que el Gobierno ha evacuado unas 30 viviendas y ha recomendado a la población que se aleje de la frontera. Alrededor de una quinta parte de los habitantes de Akcakale se han marchado a otros lugares, según cifras de la Administración local.
Las tropas de Bachar el Asad abandonaron Tal Abyad tras los disparos de la artillería turca
Cinco personas de la misma familia, una mujer, tres de sus hijas y su hermana, murieron el miércoles cuando un proyectil de mortero lanzado desde Siria cayó en su casa. Hoy, varios niños curioseaban junto a los restos de la puerta del jardín, retorcida y quemada por la explosión, que también derribó parte de la fachada.
Las fuerzas turcas respondieron bombardeando posiciones sirias y el Parlamento dio permiso al Gobierno para que, si así lo decide, pueda enviar tropas al otro lado de la frontera.
La población de Akcakale está nerviosa y preocupada. “No sabemos qué va a pasar ahora que hemos disparado a Siria”, comenta un residente a pocos metros de un pequeño puesto fronterizo ahora vacío, mientras habitantes de Tal Abyad, la primera población en el lado sirio, pasan junto a él cargando con sus pertenencias.
“No estamos interesados en la guerra pero tampoco estamos lejos de ella”, dijo hoy el primer ministro Erdogan ante una multitud reunida en Estambul. “Quienes intenten poner a prueba la fuerza de disuasión de Turquía, su capacidad de decisión, aquí os digo que estarían cometiendo un error fatal”, advirtió. “Cuando dicen que ‘si quieres paz, prepárate para la guerra’, significa que, cuando llega el momento, la guerra se convierte en la clave para la paz”, añadió Erdogan.
Un tanque en Akcakale, otros tres a las afueras en el poblado de Oncun, numerosos soldados y vehículos militares y, según la población local, más tanques y piezas de artillería a lo largo de la frontera, dan significado a las palabras del primer ministro y se mantienen a la espera de órdenes del Gobierno de Ankara.
Las tropas de Bachar el Asad abandonaron Tal Abyad tras los disparos de la artillería turca y, según diferentes fuentes locales, sufrieron varias bajas y ahora se encontrarían a entre 11 y 20 kilómetros de esta localidad, que por el momento ha quedado en manos del Ejército Libre de Siria, cuyas banderas ondean en varios lugares de Tal Abyad.
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