La derrota del partido del presidente de Georgia abre una transición democrática
El presidente Saakashvili reconoce la victoria de la coalición del multimillonario Ivanishvili
Georgia ha consolidado hoy su democracia cuando el presidente Mijeíl Saakashvili ha reconocido la derrota electoral de su partido, el Movimiento Nacional Unido (MNU), ante la coalición El Sueño Georgiano, dirigida por el multimillonario Bidzina Ivanishvili. En una alocución televisiva, el líder georgiano anunció que el MNU se pasa a la oposición. Saakashvili llegó al poder en enero de 2004 tras haber protagonizado la Revolución de las Rosas en otoño de 2003 y su segundo y último mandato presidencial finaliza en 2013, cuando será elegido un nuevo presidente y entra en vigor un nuevo sistema político de corte parlamentario, que reforzará los poderes del jefe de gobierno.
El Sueño Georgiano iba a la cabeza con 54,1% de los votos, seguido del MNU, con 41,03% cuando se había efectuado casi la mitad del escrutinio, según ha informado la Comisión Electoral de Georgia. Las elecciones transcurrieron de forma libre y democrática, según reconocieron los observadores de la OSCE. El 61% del electorado acudió a las urnas, que deben determinar la composición del parlamento de 150 diputados (77 por sistema proporcional de listas de partidos y 73 por distritos mayoritarios).
La campaña entre las dos fuerzas principales enfrentadas fue muy tensa y dos semanas antes de la cita electoral se difundieron unos vídeos en los que se mostraba cómo los funcionarios de prisiones vejaban y maltrataban a los detenidos. El Gobierno reaccionó con ceses y detenciones, pero la opinión pública quedó muy impresionada. Ivanishvili, que espera llegar a tener entre 110 y 120 escaños en el nuevo parlamento, se pronunció el martes por la estabilidad del funcionariado y la cooperación con sus oponentes políticos. “Todos somos hermanos”, dijo. No obstante, instó a la administración a liberar a en el plazo de 24 horas a los activistas de su partido irregularmente detenidos.
Ivanishvili, que podrá convertirse en el jefe de Gobierno con los votos de su mayoría parlamentaria, confirmó la política europeísta y proatlantista de Georgia. “La estrategia de Georgia no cambia y Georgia mantendrá el rumbo que ha elegido el pueblo georgiano hacia la Unión Europea y, desde el punto de vista de la seguridad, hacia la OTAN”, dijo. El multimillonario, que hizo su fortuna en Rusia, subrayó la necesidad de “regularizar” las relaciones con este país, aunque admitió que no será fácil. Con el tiempo y “mediante una diplomacia y un análisis correcto”, Georgia conseguirá convencer a Rusia de que su ingreso en la OTAN no supone un peligro para Moscú, dijo.
Según Ivanishvili, Georgia debe ser aceptable tanto para sus vecinos como para EE UU, país al que denominó “nuestro socio estratégico”. El político atribuyó los problemas ruso-georgianos a las ambiciones geoestratégicas de Saakashvili. En Osetia del Sur y Abjazia, los territorios independentistas reconocidos por Moscú, las primeras reacciones informales ante el triunfo de Ivanishvili fueron cautas y sugerían que los intereses secesionistas pueden estar más seguros en un clima de tensión entre Georgia y Rusia que si los dirigentes de ambos países tienen buenas relaciones.
Saakashvili ha asegurado que, como presidente, ayudaría en el proceso constitucional de formación de un nuevo parlamento y gobierno por parte del Sueño de Georgia. Subrayó no obstante que los puntos de vista de sus oponentes le resultan “inaceptables”. “Existen diferencias muy profundas entre nosotros y creemos que sus puntos de vista son muy equivocados, pero la democracia funciona de modo que el pueblo georgiano toma sus decisiones por mayoría”, ha dicho, y añadió que respetaba esas decisiones. Desde la oposición, Saakashvili continuará luchando por los “logros de la Revolución de las Rosas”, contra la corrupción, la delincuencia, por la modernización del país y el establecimiento de nuevas instituciones.
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