La hermana mayor de Bachar el Asad abandona Siria y huye a Dubái
Bushra el Asad, de 51 años, es la viuda del viceministro de Defensa que murió hace dos meses en un atentado Bushra es el primer miembro del clan presidencial que abandona el país
Bushra el Asad, de 51 años, hermana mayor del presidente sirio Bachar el Asad, ha huido a Dubái con sus cinco hijos. Es el primer miembro del clan familiar que abandona el país en el que estalló la rebelión hace 19 meses.
A lo largo de la semana pasada la noticia de su exilio fue anunciada por All4Syria, una web informativa fiable de la oposición al régimen, e incluso por el diario Al Diyar, de Beirut, considerado como afín al régimen de Damasco. Miembros de la comunidad siria en Dubái también confirmaron su presencia a la prensa y las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) no se molestaron en desmentirla.
Bushra, farmacéutica de profesión, ha matriculado a sus cinco hijos en un colegio privado cerca del Consulado de Francia. No podrá viajar mucho porque desde el 23 de marzo su nombre figura en la lista de personalidades sirias sancionadas por la Unión Europea y también está incluido en entre los vetados por Estados Unidos o Suiza.
La única hermana del presidente se marchó del país dos meses después de que su marido, Assef Chaukat, viceministro de Defensa, muriese en un atentado, que también costó la vida a otros jerarcas del régimen, en la sede de la Seguridad Nacional en Damasco.
La relación de Bushra con su hermano Bachar ha sido conflictiva a causa, justamente, del hombre con el que contrajo matrimonio, Assef Chaukat. A pesar de que Chaukat era también, como los Asad, de confesión musulmana alauí, la familia se opuso a ese casamiento a causa de los orígenes modestos del pretendiente al que llegaron a encarcelar brevemente en 1993 para impedirle que se relacionara con ella.
Cuando, por fin, se celebró el matrimonio, en 1995, el esposo hizo una carrera fulgurante y acabó dirigiendo el poderoso servicio secreto del Ejército de Tierra. En 2008 empezó, sin embargo, a ser marginado por el presidente que probablemente desconfiaba de las relaciones que trababa en el extranjero.
“Manifestó su desconfianza hacia el marido de Bushra manteniéndole al margen de la comisión de investigación creada para aclarar algunos hechos calamitosos para la buena reputación de los servicios secretos” de Siria, recuerda, en su blog, el exdiplomático francés Ignace Leverrier que residió largos años en Damasco. Uno de esos desastres fue, en 2007, el bombardeo israelí de la central nuclear siria, en construcción, de Al Kabar.
Assef Chaukat cayó en desgracia y Bushra expresó su descontento marchándose, por primera vez, en 2008 con sus hijos, a los Emiratos Árabes Unidos, pero entonces se instaló en Abu Dhabi. Regresó en 2009 cuando su marido fue nombrado jefe de Estado Mayor adjunto de las Fuerzas Armadas, un cargo con escaso contenido.
La rebelión contra el régimen, que estalló en marzo de 2011, obligó al clan familiar a cerrar filas. Assef Chaukat fue nombrado hace un año viceministro de Defensa y, en la práctica, era en auténtico titular de esa cartera que ostentaba el general cristiano Dawaoud Al Rajiha, que también falleció en el atentado.
“Al decidir marcharse de nuevo de su país Bushra el Asad administra una bofetada a su hermano”, escribe Ignace Leverrier.
Con anterioridad un primo lejano del presidente, el coronel de Estado Mayor Yussef el Asad, piloto de la Fuerza Aérea, también anunció su deserción. En un vídeo colgado en Internet explicó, el 14 de septiembre, su decisión de unirse a la revolución porque aborrecía las misiones de muerte y destrucción que el jefe del Estado encomendaba a los pilotos.
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