Cuba restablece el servicio eléctrico
El apagón ha dejado sin luz a La Habana y a la mitad occidental de la isla durante cerca de seis horas
Nadie imaginaba que la calma del domingo iba a verse seriamente comprometida tan solo comenzar el noticiero estelar de la noche. El Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) se había quedado a oscuras y en lugar de sus habituales transmisiones solo podía verse una patrón gris. Después el corte eléctrico se extendió por la ciudad de La Habana, toda la parte occidental del país y buena parte de la central. En pocos minutos, más de la mitad de la Isla estaba en penumbra y alrededor de cinco millones de habitantes padecían el apagón, que comenzó a las 20:08 horas (las dos de la madrugada del lunes en la Península) y alcanzó a 10 de las 15 provincias cubanas.
Aunque este tipo de fallos eléctricos son comunes en la mayor de las Antillas, lo alarmante en esta ocasión fue la extensión y simultaneidad de la interrupción. También resultó significativo que un hecho de estas dimensiones ocurriera a sólo pocos años de la llamada Revolución Energética encabezada por el propio Fidel Castro. En la capital la falta de electricidad alcanzó incluso zonas y lugares que pocas veces padecen estas dificultades. Durante largos minutos solo quedó brillando la parte superior de la torre de la Plaza de la Revolución y algunos pocos edificios del mismo complejo arquitectónico. Poco a poco los generadores eléctricos de hoteles, ministerios y algunos hospitales se pusieron en marcha.
Los medios de comunicación oficiales guardaron silencio sobre la razón del corte eléctrico en las primeras cuatro horas. La radio transmitía música o revistas dominicales sobre otros temas, hasta que cerca de medianoche se difundió una nota oficial, en la que se atribuía a una avería en una línea de 220.000 voltios el motivo de la extensa afectación.
No faltaron gritos de inconformidad y también algún que otro chiste surgido de la situación. Al ver apagado el faro ubicado a la entrada de la bahía habanera, los capitalinos repetían con sorna una vieja broma referida a la constante emigración “…el último que se vaya que apague el Morro”. A través de la red social Twitter varios periodistas independientes y activistas reportaron al minuto el incidente.
En los barrios con mayor población, la gente salió a la calle para tomar un poco de aire ante las elevadas temperaturas. El Malecón habanero fue uno de los lugares más concurridos pero también más patrullados por la policía. También se observó gran despliegue de seguridad alrededor de gasolineras y tiendas en moneda convertible para evitar el vandalismo.
Ya en la madrugada del lunes fue restableciéndose el servicio eléctrico gradualmente, cuando la capital habanera volvió también a disponer del alumbrado público, aunque solo alrededor de las nueve de la mañana de ayer volvió el fluido al casco histórico de La Habana.
El apagón ha destapado las alarmas ante un posible deterioro de la red energética nacional, especialmente ahora, a solo unas semanas de las elecciones en Venezuela, país del que Cuba depende en términos energéticos. Pero también sirvió para poner a prueba las redes alternativas de información ante una situación de emergencia. Afortunadamente nunca se interrumpió el servicio de telefonía, ni siquiera los celulares.
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