Egipto reconoce la muerte de 32 personas en el Sinaí

En el transcurso su campaña en la península del Sinaí contra grupos yihadistas, el Ejército egipcio ha matado a 32 “elementos criminales”, ha detenido a varios presuntos terroristas, y ha destruido 31 de los túneles que unen Egipto con la franja palestina de Gaza, según ha anunciado el Gobierno egipcio. La ofensiva militar es la respuesta de El Cairo a la emboscada que tuvo lugar el pasado 5 de agosto cerca de la frontera con Israel, y que se saldó con la muerte de 16 soldados egipcios.

En una rueda de prensa celebrada el sábado, el coronel Ahmed Mohamed Alí, también informó que entre las 38 personas que permanecen arrestadas, algunas de ellas sospechosas de contrabando de drogas, figuran varios extranjeros. Sin embargo, el portavoz del Ejército no desveló la identidad de los detenidos, y tampoco si las autoridades ya conocen los responsables del ataque terrorista del mes pasado.

“La operación continuará hasta que los objetivos se hayan cumplido ... Estos objetivos no son sólo militares, sino también de desarrollo del Sinaí”, aseguró Alí, unas palabras que pueden causar cierta inquietud en Tel Aviv. El gobierno israelí manifestó la semana pasada sus recelos hacia la campaña militar en la península, pues considera que las fuerzas armadas egipcias violaron los tratados de paz de Camp David entre ambos países al no informar de su despliegue con anterioridad.

No obstante, el coronel Alí rechazó la versión del gobierno israelí. “El despliegue en todo el territorio del Sinaí no es una violación del tratado de paz entre Israel y Egipto ... Nuestra presencia en el Sinaí se ha hecho en el marco de la coordinación”. Como resultado de la operación, el ejército ha incautado un importante arsenal de armamento que incluye cohetes y lanzagranadas.

Tras la revolución egipcia, la seguridad en la península del Sinaí se ha deteriorado de forma sustancial, por lo que se ha producido un aumento de las actividades criminales, tanto de tipo terrorista, como de tráfico de drogas, armas y personas. Buena parte de los habitantes de la zona, una de las más pobres de Egipto, son tribus beduinas, que se quejan de la marginación que padecen por parte del gobierno central, lo que supone un caldo de cultivo ideal para las mafias y organizaciones extremistas que operan en el Sinaí.