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Un congresista desata la polémica al hablar sobre violaciones ‘legítimas’

El presidente Obama tacha las declaraciones del congresista como “insultantes”

El congresista republicano Todd Akin (Izda.) junto a su mujer Lulli durante un evento en Missouri.
El congresista republicano Todd Akin (Izda.) junto a su mujer Lulli durante un evento en Missouri. ORLIN WAGNER (AP)

Un político estadounidense ha desatado una polémica al afirmar que las víctimas de una violación “legítima” no suelen quedarse embarazadas. Las declaraciones obligaron a la campaña del candidato a la presidencia, Mitt Romney, a distanciarse de la postura de un miembro de su propio partido y pueden forzarle a pronunciarse sobre el aborto, un tema que ha preferido evitar hasta ahora.

El presidente Obama describió este lunes las palabras de Akin como “insultantes” y defendió que “una violación es una violación” y que no tiene sentido entrar en definiciones sobre tipos de violación. “Esto demuestra que las decisiones sobre la salud de las mujeres no deberían tomarlas un grupo de políticos, en su mayoría hombres", dijo en rueda de prensa en la Casa Blanca.

Todd Akin, un congresista republicano por el Estado de Misuri, asociado al Tea Party y candidato en noviembre a un escaño en el Senado, participaba este domingo en una entrevista en una televisión local donde defendió su oposición al aborto para víctimas de violación. La opinión es compartida por varios políticos conservadores, aunque quizás no con los mismos argumentos. Según Akin, “si se trata de una violación legítima, el cuerpo de la mujer tiene mecanismos para cerrarse del todo” y prevenir el embarazo.

El republicano, que hasta este fin de semana lideraba las encuestas con 11 puntos de ventaja, añadió también que negaría la opción de abortar a estas víctimas. “Asumamos que ese recurso [el de 'cerrarse'] no funcionó”, dijo Akin. “Creo que debería haber un castigo, pero el penalizado debería ser el violador, no el bebé”.

La campaña de Mitt Romney se distanció de las declaraciones de Akin el domingo por la noche a través de un comunicado y calificó las palabras del congresista como “insultantes, inexcusables y francamente equivocadas”. Posteriormente, Romney añadió en una entrevista a la revista National Journal que “como millones de estadounidenses, consideramos que las palabras son ofensivas”.

Otros dos miembros del Partido Republicano, el senador por el Estado de Massachusetts, Scott Brown, y Rob Johnson, de Wisconsin, fueron un paso más allá al exigir la dimisión de Akin este lunes. El presidente del comité republicano en el Senado, John Cornyn, comunicó además a Akin que dejarán de financiar su candidatura porque perjudica las opciones que tiene el Partido para recuperar la mayoría en la cámara, según informa The Washington Post. A pesar de las críticas, el político de Misuri se niega a abandonar su apuesta por convertirse en senador.

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Los demócratas intentan aprovechar desde el primer instante la polémica despertada por Akin, y trata de asociar su postura con la de los candidatos republicanos. “¿Qué es exactamente una violación ‘ilegítima’? ¿Y cuáles son esos métodos por los que una mujer puede impedir quedarse embarazada después de ser violada ‘legítimamente’?” pregunta el Partido Demócrata en un correo electrónico enviado a sus seguidores. “Las palabras de Akin no son el verdadero problema. El verdadero problema es el Partido Republicano, liderado por Mitt Romney y Paul Ryan, cuyas políticas sobre las mujeres y su salud están peligrosamente equivocadas”.

Akin se disculpó horas después con un comunicado en el que afirmó que “se equivocó al hablar” y que sus palabras “no reflejan mi profunda empatía con los miles de mujeres que son violadas o sufren abusos cada año”. Pero no logró reducir la polémica. Su rival, la senadora demócrata Claire McCaskill, mantuvo los ataques: “Va más allá de mi comprensión el que alguien pueda ser tan ignorante acerca del trauma emocional y físico que supone una violación”, afirmó McCaskill a la cadena NBC. “Las ideas que ha expresado Akin sobre un crimen tan serio como una violación y el impacto que tiene en las víctimas es ofensivo”.

Tanto la campaña demócrata como McCaskill, que ve peligrar su puesto después de una polémica sobre uso de fondos públicos para algunos de sus desplazamientos privados, han encontrado en las palabras de Akin una nueva baza para obligar a Romney a especificar su postura en cuanto al aborto, así como a Paul Ryan, candidato a la vicepresidencia. Éste ha defendido en el pasado que la interrupción del embarazo sólo es justificable en caso de violación cuando peligre la vida de la madre.

Por otro lado, la salud reproductiva de las mujeres y sus derechos vuelven al centro de la campaña. Hace dos semanas, Obama se adelantó al ofrecer un discurso en Denver centrado exclusivamente en las mujeres y en el que defendió que los políticos republicanos y, en concreto, Romney, quieren aprobar medidas que las devolverán “a los años 50”. Ambos equipos cuentan con campañas concretas para atraer el voto de las mujeres -más necesitado por Obama en estas elecciones- pero solo la apuesta del presidente se refiere en concreto a sus derechos reproductivos.

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