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La policía rusa busca a otras dos integrantes de las Pussy Riot

La defensa de las tres Pussy Riot condenadas recurrirá la sentencia la próxima semana El exajedrecista Gary Kasparov, interrogado por "morder a un policía"

Pilar Bonet
La policía detiene a Kaspárov el viernes, después de que se conociera la condena contra las Pussy Riot.
La policía detiene a Kaspárov el viernes, después de que se conociera la condena contra las Pussy Riot.TATYANA MAKEYEVA (REUTERS)

La policía rusa busca a las personas implicadas en la actuación del grupo Pussy Riot en la catedral de Cristo Redentor de Moscú el 21 de febrero pasado y ha iniciado pesquisas independientes del caso penal que concluyó el viernes con la condena a dos años de prisión de María Aliójina, Nadezhda Tolokónnikova y Yekaterina Samutsévich.

La policía trata de establecer la identidad y el paradero de varios cómplices de las tres jóvenes juzgadas, según manifestó este lunes el servicio de prensa del Ministerio del Interior a la agencia Itar-Tass.

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El número de personas sospechosas no se ha especificado, pero como mínimo se trata de dos, que sin revelar su identidad han concedido entrevistas y editado nuevas canciones. En la “oración punk” en la catedral participaron cinco personas. Preguntadas sobre sus “cómplices” en el juicio, las acusadas respondieron que no sabían sus nombres y que el grupo actuaba de forma totalmente anónima. En los domicilios de Aliójina, Tolokónnikova y Samutsévich, se practicaron registros durante los cuales fueron incautados ordenadores, archivos y documentos varios. Se desconoce si estos materiales, entre los que hay textos personales, han puesto a la policía sobre la pista del resto de integrantes del grupo.

Las Pussy Riot no tienen intención de pedir clemencia bajo ninguna circunstancia, según manifestó Nikolái Polozov, uno de sus abogados. El letrado explicó que la sentencia no ha sido recurrida, porque la defensa no ha recibido aún copia del veredicto. La juez tiene cinco días para entregarlo y la defensa, otros diez para recurrirlo.

Mientras tanto, el caso Pussy Riot sigue teniendo repercusiones en Rusia. El excampeón mundial de ajedrez, Gari Kaspárov, acudió este lunes a declarar por haber supuestamente mordido a un cabo que lo detuvo el viernes en las cercanías del juzgado donde transcurría el proceso. Kaspárov niega haber mordido al cabo y ha anunciado su intención de querellarse contra la policía, entre otras cosas por calumnias y por los malos tratos recibidos, a resultas de los cuales dice tener todavía el cuerpo dolorido. Kaspárov estaba hablando con los periodistas cuando la policía se precipitó sobre él y lo arrastró a un autobús. El excampeón de ajedrez alega que el cabo podría haber sido mordido por un perro policía y pide que se haga una prueba comparativa entre su dentadura y la dentadura del can. Además de Kaspárov, varias decenas de personas fueron detenidas el viernes.

Por otra parte, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, subrayó este lunes que el presidente Putin y la dirección de la Iglesia ortodoxa rusa habían pedido indulgencia con las chicas. “En cualquier caso nadie ha abolido el procedimiento judicial, hay posibilidades de apelar, no hay que sacar conclusiones precipitadas y mucho menos ponerse histérico”, dijo el diplomático.

Otro coletazo del proceso ha sido la actitud de un sacerdote de Tambov, Serguéi Baránov, que ha dejado los hábitos por considerar que la sentencia contra las Pussy Riot es desmedida. En una carta abierta publicada en Facebook, el sacerdote se dirige al patriarca de la Iglesia ortodoxa, Kiril, para que le dispense de su ministerio y dice haber “perdido la fe en el sacerdocio”. El sacerdote asegura que la sentencia contra las Pussy Riot se basó en una decisión interna de un tribunal eclesiástico. Un portavoz de la Iglesia ortodoxa dijo que tal información era un delirio y que no había habido ningún juicio interno eclesiástico que valorara la acción de las Pussy Riot.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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