Cinco tibetanos se queman a lo bonzo en una semana en China
Al menos 47 miembros de la etnia minoritaria se han prendido fuego desde marzo de 2011 Los tibetanos protestan por lo que consideran la represión de su cultura por parte de Pekín Las fuertes medidas de seguridad del Gobierno no han logrado contener la ola de inmolaciones
Las fuertes medidas de seguridad desplegadas por el Gobierno no han logrado contener la ola de inmolaciones a lo bonzo de tibetanos que sufre China. Al menos cinco miembros de esta etnia minoritaria se han prendido fuego la última semana en el país asiático en protesta por lo que muchos tibetanos consideran la represión que sufren su religión, su cultura y su lengua por parte de Pekín, según ha informado Radio Free Asia (RFA), medio basado en Estados Unidos.
Dos de las inmolaciones tuvieron lugar el lunes en la prefectura de Aba, una región montañosa en la provincia suroccidental de Sichuan. Lungtok, un monje del monasterio de Kirti, y otro hombre llamado Tashi se quemaron “para poner de relieve su oposición al gobierno chino en las regiones pobladas por tibetanos”, según Radio Free Asia, que tiene un servicio en tibetano y cita como fuentes a miembros de esta minoría sin identificar.
Poco después de que los tibetanos se prendieran fuego, un gran número de policías intentó desalojar la zona, pero acabaron enfrentándose con otros miembros de esa minoría, uno de los cuales murió como consecuencia de una paliza propinada por los agentes, según las mismas fuentes. Los dos hombres que se inmolaron fueron llevados a un hospital por las fuerzas de seguridad, pero se desconoce su estado. Otros tres tibetanos murieron en China la semana anterior tras quemarse, según la misma fuente. Las organizaciones International Campaign for Tibet, con sede en Washington, y Free Tibet, con base en Reino Unido, también han informado de algunas de las inmolaciones ocurridas en la última semana. No hay manera de comprobar de forma independiente lo ocurrido. Las zonas donde se han producido algunos de los incidentes están vetadas a la prensa extranjera.
Los choques entre tibetanos y policías registrados el lunes suponen el estallido más grave de violencia que vive Sichuan desde una serie de protestas ocurridas en enero pasado, que los activistas dicen que se saldaron con seis tibetanos muertos. Pekín aseguró entonces que murieron dos alborotadores.
Al menos 47 personas se han prendido fuego en China desde marzo del año pasado para protestar contra el gobierno de Pekín, según diferentes organizaciones de defensa de los derechos de los tibetanos, aunque no se sabe cuántos han fallecido. Muchos de ellos han gritado al intentar suicidarse eslóganes contra el Gobierno y han pedido el regreso del Dalai Lama. El líder espiritual de los tibetanos vive exiliado en India desde que huyó de Lhasa en 1959 tras un levantamiento que fue abortado por el ejército chino.
Casi todas las inmolaciones a lo bonzo registradas hasta ahora se han producido en Sichuan, Qinghai y Gansu, tres de las provincias chinas fuera de la región autónoma de Tíbet que cuentan con una población tibetana numerosa.
El Dalai Lama ha culpado a la política “totalitaria” y “poco realista” de Pekín de la ola de suicidios, pero el Gobierno le acusa de estar detrás de ellos y ha calificado a quienes se han quemado de terroristas, criminales y enfermos mentales.
Pekín considera al Dalai Lama un separatista, y afirma que los tibetanos disfrutan de libertad religiosa y un trato justo y han mejorado de forma extraordinaria sus condiciones de vida gracias el desarrollo económico impulsado por el Gobierno central. El Dalai Lama dice que solo busca mayor autonomía para la región del Himalaya y el respeto de los derechos de los tibetanos.
La intensificación del rosario de inmolaciones se produce cuando las autoridades han redoblado los esfuerzos para evitar cualquier inestabilidad social de cara al congreso quinquenal del Partido Comunista Chino este otoño, en el que se producirá el relevo de sus máximos líderes.
Lhasa, capital de Tíbet, fue escenario de violentas protestas antichinas en marzo de 2008, que se extendieron luego a otras provincias. Desde entonces, las autoridades han incrementado la vigilancia y la seguridad en las regiones con gran presencia de esta minoría.
Pekín dice que Tíbet ha sido siempre parte de su territorio, pero muchos tibetanos afirman que la región del Himalaya fue virtualmente independiente durante siglos hasta que fue invadida por las tropas chinas en 1950.
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