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OBITUARIO

Shalom Elyashiv, el gran árbitro de la ley judía

Políticos y personalidades del país le consultaron durante cuatro décadas

Ana Carbajosa

Cerca de 250.000 judíos ultraortodoxos se congregaron la madrugada del miércoles en Jerusalén para despedir al gran rabino Yosef Shalom Elyashiv. Ríos de hombres vestidos de negro, con camisa blanca y sombrero, —indumentaria propia de la llamada rama lituana— inundaron por unas horas la ciudad. El multitudinario funeral da una idea de la relevancia de este rabino askenazí; un árbitro indiscutible en la interpretación y aplicación de la halajá, la ley judía.

Murió a las 102 años sin haber escrito un solo tratado, pero convertido en la gran referencia religiosa y moral de los haredim —literalmente, temerosos de dios—. A Elyashiv le consultaron los miembros de su comunidad, los políticos y las personalidades del país durante cuatro décadas todo tipo de asuntos. Desde los más mundanos hasta las dudas de mayor calado filosófico. Él respondía a los suyos, interpretando lo que a su juicio se puede o no se puede hacer, de acuerdo con la ley judía. Él tenía la última palabra.

Su juicio se enmarcaba en las corrientes más conservadoras del judaísmo ultraortodoxo. Se opuso a las conversiones al judaísmo patrocinadas por el Estado y a la donación de órganos en caso de muerte cerebral. En general, han explicado estos días los que estudiaron su legado, rechazó la modernización del mundo ultrarreligioso y su integración en el resto de una sociedad que recela crecientemente del poderío y renovada asertividad de los haredim.

Los judíos ultraortodoxos representan en torno al 11% de la población israelí y la mayoría de ellos dedican su vida al estudio de los textos sagrados. No trabajan ni van al Ejército, obligatorio para el resto de los israelíes. Elyashiv fue partidario hasta el final de mantener este estatus, creado hace más de medio siglo, cuando la comunidad ultrarreligiosa formaba una pequeñísima minoría en Israel.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lamentó en un comunicado la muerte de un hombre que “en sus enseñanzas marcó el camino para muchos, que obtuvieron su fortaleza de su sabiduría y de su pensamiento agudo”. Políticos en la oposición, de derechas y de izquierdas, también se pronunciaron sobre el fallecimiento de Elyashiv.

Líder espiritual de la ultraortodoxia lituana, Elyashiv tuvo 12 hijos, como mandan las costumbres de una comunidad en la que la planificación familiar es casi propia de habitantes de otro planeta. Vivió hasta su muerte en un modesto apartamento en el barrio de Meah Sharim, el corazón de la ultraortodoxia judía en Jerusalén.

El presidente israelí, Simón Peres, ofreció sus condolencias el jueves por la mañana a la familia del rabino en aquel apartamento. “No hay palabras de consuelo cuando un hombre de este calibre fallece. El único consuelo es que su espíritu permanecerá entre nosotros para siempre”, dijo Peres, rodeado de la familia de Elyashiv, en una destartalada callejuela de Meah Sharim.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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