Ben Sión Netanyahu, a la derecha del hijo
Experto en antisemitismo, era una de las voces del sionismo revisionista y la gran referencia intelectual y política de Benjamín Netanyahu
De Ben Sión Netanyahu se dice que era la gran referencia intelectual y política de su hijo. Que el primer ministro israelí pensaba en qué opinaría su padre antes de decidir. A los 102 años murió ayer en Jerusalén, horas después de recibir la visita de Benjamín.
Catedrático de Historia Medieval, era experto en antisemitismo y una de las grandes figuras de la derecha nacionalista israelí. Secretario de Zeev Jabotinsky, a Netanyahu padre se le consideraba uno de los principales representantes del sionismo revisionista, el que se desmarcó del socialismo que profesaban los llamados padres fundadores del Estado de Israel y que aspiraba al establecimiento del Estado israelí en lo que consideran el territorio bíblico y en contra de todo acuerdo con palestinos. Las persecuciones de los judíos constituyeron el núcleo de sus investigaciones.
Su obra más conocida es la que versa sobre la Inquisición española. En Los orígenes de la Inquisición en la España del siglo XV sostiene que la persecución judía en España se debió a motivaciones racistas y antisemitas, no religiosas. Creía, además, que los judíos se convirtieron al catolicismo por propia convicción y no para evitar la persecución. El padre del actual primer ministro israelí publicó además entre otras obras la historia de los marranos —los judíos sefardíes convertidos— en España y un compendio biográfico de “los padres fundadores del sionismo”.
Ben Sión Netanyahu nació en Varsovia en 1910 y 10 años más tarde viajó con su familia a la Palestina del mandato británico, donde conoció a la mujer con la tuvo tres hijos: Ido, médico, Benjamín, político y líder del derechista Likud, y Yonatán, soldado, muerto durante Entebbe, la operación de rescate de rehenes en Uganda en 1976.
“Es una familia en la que el apego a la tierra es fundamental”, explicaba Harel Cohen, un representante de los colonos judíos de Cisjordania y allegado a la familia. Los colonos veían en Ben Sión a un gran aliado ideológico y que podría frenar cualquier acuerdo de desalojo de asentamientos al que pudiera comprometerse su hijo, al que la comunidad internacional presiona para que frene la expansión.
El primer ministro se ha esforzado en no defraudar a su padre y emular la heroicidad de su hermano Yonatán, comentaban ayer sus conocidos a la prensa israelí. David Remnick, editor de la revista New Yorker, entrevistó a Ben Sión en 1998 y se preguntaba si Benjamín Netanyahu “será capaz de vencer la complejidad de su propia familia y firmar la paz con los palestinos”. Remnick concluyó que “para entender a Bibi [diminutivo de Benjamín] hay que entender a su padre”.
Ben Sión era profesor emérito de la Universidad de Cornell, en EE UU, donde vivió buena parte de su vida. Murió, sin embargo, en Jerusalén, la ciudad en la que hasta hace poco se le veía almorzando elegantemente vestido.
La clase política israelí se volcó en elogios tras conocer la noticia, que anunció de forma oficial el Gobierno. Cientos de personas acudieron al entierro en el cementerio de Givat Shaul en Jerusalén. El presidente israelí Simón Peres, que asistió al acto, le dijo al primer ministro Netanyahu: “Tu padre escribió historia y tú la estás haciendo con la misma percepción y la misma herencia”.
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