Un activista chino ciego burla el arresto y huye a la Embajada de EE UU en Pekín
El disidente Chen Guangcheng escapa del arresto domiciliario y hace un dramático llamamiento al primer ministro chino, Wen Jiabao, en un vídeo en el que pide justicia
Chen Guangcheng, disidente ciego y uno de los más prominentes defensores de los derechos humanos en China, ha escapado del arresto domiciliario al que estaba sometido desde que salió de la cárcel en septiembre de 2010 tras cumplir una condena de cuatro años, según han informado amigos y partidarios. “Pudo salir de su casa el 22 de abril y sus amigos fueron alertados y le llevaron a un lugar seguro fuera de Shandong (su provincia)”, ha asegurado Bob Fu, un activista prodemocrático que se fue de China en 1996 tras ser perseguido por sus creencias religiosas, informa France Presse. Según Fu, el disidente se encuentra en un lugar “100% seguro” en Pekín. El diario The Washington Post afirma que Chen se encuentra en la Embajada de Estados Unidos en Pekín, “bajo la protección de diplomáticos estadounidenses”.
El propio Chen ha confirmado su fuga en un vídeo que ha sido colgado en Youtube. En él, hace un dramático llamamiento al primer ministro chino, Wen Jiabao, para que ordene una investigación sobre los abusos de que han sido objeto él y su familia, castigue a los culpables y proteja a su familia.
El activista provocó la ira de los dirigentes de Shandong en 2005, cuando denunció que habían llevado a cabo un programa de esterilizaciones y abortos forzosos, como parte de la política de hijo único, a pesar de ser medidas ilegales. Fue condenado a prisión por “bloquear el tráfico”. El año pasado, él y su esposa recibieron una “brutal paliza durante cuatro horas”, según la organización no gubernamental ChinaAid, que preside Fu, residente en Tejas (EEUU). Este activista no pudo confirmar que Chen se encuentra en la legación estadounidense, aunque ha explicado que el disidente ciego no es partidario de exiliarse.
“Le preguntamos si quería irse de China. Pero es muy reacio y dijo que quiere luchar por los derechos de los ciudadanos hasta el final dentro de China. Quiere llevar una vida normal como ciudadano chino”, dijo Fu. Tanto la Embajada estadounidense como el Gobierno de Pekín han declinado comentar la situación. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, que la semana que viene viaja a China, ha pedido en el pasado la liberación de Chen.
“Querido Primer Ministro. No ha sido fácil en absoluto, pero finalmente he escapado”, comienza Chen en el vídeo, grabado en una habitación a oscuras delante de una cortina en un lugar sin identificar. “Todas las historias que se cuentan en Internet sobre el trato brutal que hemos recibido yo y mi esposa de las autoridades de Linyi (provincia de Shandong) son ciertas. La realidad es incluso más dura que lo que ha circulado en Internet”.
A continuación, el disidente hace tres peticiones a Wen Jiabao: que envíe un equipo para investigar los abusos y que castigue a los culpables, que proteja a su familia de posibles venganzas por parte de sus captores, y que investigue y castigue la corrupción en la que están envueltas las autoridades locales. La grabación, que dura 15 minutos, ha sido colocada en Internet por Boxun, la web más importante de la disidencia china, establecida en Estados Unidos.
Chen acusa en el vídeo con nombre y apellidos a varios de sus maltratadores, incluidos funcionarios del Gobierno local y policías. “Esta situación es realmente demasiado inhumana y daña la imagen del Partido [Comunista Chino]”, dice frente a la cámara. “Una vez irrumpieron en mi casa más de una docena de hombres, tiraron a mi esposa al suelo, la envolvieron en una manta y la golpearon y patearon durante varias horas. También me asaltaron con violencia a mí”. En otro momento, explica cómo atacaron a su anciana madre.
Chen finaliza el vídeo pidiendo a Wen Jiabao que castigue a los funcionarios corruptos de su pueblo, “que cuando cometen sus crímenes despreciables dicen que lo hacen porque el partido se lo ha pedido”. “Primer ministro Wen, la gente no puede comprender estos actos ilegales. ¿Son sólo los funcionarios locales quienes violan de forma flagrante la ley o tienen el apoyo del Gobierno central? Si se lleva a cabo una investigación detallada y se revela la verdad, la gente lo agradecerá. Pero si continúa ignorando todo lo anterior, ¿qué pensará la gente?”.
La mujer, la madre y el hijo de Chen continúan en la casa donde estaba confinada la familia en la prefectura de Linyi. Tras descubrir el jueves que Chen había huido, las autoridades locales rodearon la vivienda.
Otra activista, He Peirong, ha confirmado a la agencia Reuters que Chen “está bien de moral”, aunque se encuentra “muy débil”. Según ha dicho, está inquieto sobre todo por su familia. “Está realmente preocupado. Teme que los guardas (que le vigilaban) se venguen”. He, que ha ayudado a fugarse al disidente, ha sido detenida hoy viernes.
La huida de Chen enfureció a los dirigentes locales, que el jueves pusieron en marcha una operación de búsqueda en su pueblo, Dongshigu. Al no encontrarle, se dirigieron a casa del hermano de Chen, treparon un muro y fueron a por su familia. Al ver que tampoco estaba allí, golpearon a todos los que estaban en la casa, según Fu y He. Chen Kegui, un sobrino del disidente, “cogió un cuchillo para defenderse e hirió a varias personas”. El joven y su padre, Chen Guangfu, fueron detenidos.
La reclusión de Chen Guangcheng es criticada desde hace años por sus seguidores chinos, Gobiernos extranjeros y grupos de defensores de los derechos humanos. El año pasado, docenas de sus partidarios fueron bloqueados y expulsados de Linyi cuando intentaron visitarle. Muchos han sido golpeados por matones de paisano desplegados en torno a su casa. En diciembre, el actor británico Christian Bale fue declarado persona non grata por el Gobierno de Pekín después de que intentara reunirse, sin éxito, con el activista en su casa.
Policías y agentes de seguridad dieron una paliza a Chen y su esposa el año pasado después de que filtraran un vídeo grabado en secreto en el que mostraban las férreas condiciones en las que estaban detenidos en su vivienda, según la red de activistas Chinese Human Rights Defenders, que tiene miembros dentro y fuera del país. En el vídeo contaban que más de 60 personas se turnaban para vigilar la casa, y que utilizaban dispositivos para anular la señal del teléfono móvil. Chen revelaba también que solo su madre, de 76 años, era autorizada a comprar comida y llevársela a la casa. En la grabación, la esposa del disidente, Yuan Weijing, hablaba en voz baja sobre su inquietud por sus dos hijos y rompía a llorar. "No me atrevo a hablar en alto", explicaba.
La huida de Chen ha tenido gran repercusión en el servicio de microblogs Weibo, una especie de Twitter chino, donde los internautas se refieren a él como “el hombre ciego” para evitar la censura, ya que su nombre está vetado.
La organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch ha manifestado su preocupación por el activista, del cual, según afirma, "ha habido noticias de que está muy enfermo a consecuencia de las reiteradas palizas que le han dado sus captores".
Chen se hizo popular por ayudar a la gente a demandar a los funcionarios locales por un amplio abanico de injusticias. Se quedó ciego en la niñez, debido a una enfermedad. Estudió leyes durante su juventud en una escuela para ciegos. Aunque no está diplomado oficialmente, comenzó a dar asesoramiento legal gratis a los campesinos en su región. En 2006, fue encarcelado tras acusar a los responsables de planificación familiar de Shandong de haber obligado al menos a 7.000 mujeres a ser esterilizadas o sufrir abortos cuando se encontraban en estado avanzado de gestación.
Para el Gobierno chino, Chen Guangcheng y otros disidentes son elementos desestabilizadores, que pueden poner el peligro el desarrollo del país. De ahí la dureza con que son tratados. En los últimos dos años, han sido objeto de represión creciente por parte de unos dirigentes nerviosos por los levantamientos populares en los países árabes y el relevo generacional de los líderes del Partido Comunista Chino en el Congreso quinquenal del próximo otoño.
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