Joachim Gauck, exdisidente de la RDA, es el nuevo presidente de Alemania
Se convierte en el décimoprimer jefe del Estado de la República Federal de Alemania pese a que la canciller Angela Merkel se opuso a su designación como candidato en una anterior elección
Sus primeras palabras como presidente federal han sido “qué domingo tan hermoso”. Joachim Gauck es jefe del Estado de Alemania. La Asamblea Federal ha elegido hoy por abrumadora mayoría al pastor protestante de 72 años como nuevo jefe del Estado. Gauck era el candidato de consenso entre el Gobierno de centroderecha de Angela Merkel y la oposición de socialdemócratas (SPD) y Verdes. El nuevo Presidente ha obtenido 991 de los 1.240 votos de la Asamblea, gracias al respaldo de estas cuatro formaciones políticas.
Ha empezado su discurso de investidura con el recuerdo de otras elecciones que marcaron su vida, otro “domingo hermoso” del que hoy hace justo 22 años. El 18 de marzo de 1990 se celebraron las primeras elecciones libres de la República Democrática Alemana (RDA): “Llevábamos demasiado tiempo esperando poder votar”. Ha centrado su corto discurso en los cambios de estos últimos 22 años en Alemania, donde ha “tenido el privilegio de participar en la construcción de una democracia”. Ha prometido que se abrirá al aprendizaje sobre “los asuntos que mueven a Europa y al mundo”. Este es “nuestro país”, ha dicho, “el que tenemos que dejar a nuestros hijos”. Al presidente alemán se le notan sus décadas de sermones en parroquias protestantes de su ciudad natal, Rostock.
El clérigo independiente es políticamente conservador. Poco antes de la caída del Muro en 1989 fue disidente de última hora en la RDA y participó en el Nuevo Foro. Su actividad política le llevó a colgar la sotana y le valió un escaño en el primer parlamento libremente elegido de la RDA. Tras la Unificación de las dos Alemanias en 1990 asumió, por diez años, la dirección de los archivos de la Stasi, la temida policía secreta del régimen desparecido
La canciller Merkel aceptó en febrero la designación de Gauck como candidato a la presidencia presionada por sus socios de coalición, los liberales del FDP. La democristiana Merkel (CDU) necesitaba el consenso con la oposición, pero no quería aceptar el mismo candidato que ya propusieron los socialdemócratas y Los Verdes en la anterior Asamblea, celebrada en 2010. El candidato de Merkel, Christian Wulff (CDU), ganó entonces la votación con grandes dificultades, en la tercera ronda. Dimitió el mes pasado por un escándalo de corrupción.
El quinto partido con representación parlamentaria, La Izquierda (Die Linke) propuso a Beate Klarsfeld. Es célebre en Alemania por el bofetón que le propinó en 1968 al entonces canciller Kurt-Georg Kiesinger (CDU) para recriminarle su pasado nacionalsocialista. La llamada “cazanazis” Klarsfeld ha obtenido hoy 126 votos. Son tres más que los delegados de Die Linke en la Asamblea. Por su parte, los neonazis del NPD propusieron como candidato a un historiador negacioncista llamado Olaf Rose, que ha obtenido 3 votos.
La Asamblea Federal se compone de los diputados del Parlamento federal (Bundestag) y el mismo número de delegados de los 16 Estados federados. No todos son políticos. Los Gobiernos regionales envían también a deportistas, actores y otra gente de la vida pública.
El papel del presidente alemán es sobre todo protocolario y representativo, similar al que la Constitución española reserva al Rey. Los padres de la Ley Fundamental alemana de 1949 querían evitar la personalización del poder ejecutivo en una figura mal controlada por el Parlamento, como era el caso de los presidentes de la República de Weimar.
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