La pena capital acecha al soldado de Estados Unidos que mató a 16 afganos
El supuesto culpable es un francotirador de élite que tuvo una lesión cerebral hace dos años Panetta, secretario de Defensa de EE UU, reconoce la posibilidad de que sea ejecutado
El soldado estadounidense que mató el domingo a 16 civiles en Afganistán podría ser condenado a la pena de muerte en Estados Unidos, dijo ayer Leon Panetta, secretario de Defensa de Estados Unidos. "Según lo entiendo, en estos casos se consideraría", afirmó el alto funcionario, exjefe de la CIA, en respuesta a una pregunta sobre si cabe que se aplique la pena capital al militar, según ha informado el diario Los Angeles Times.
El soldado, cuya identidad no ha sido divulgada, se ha entregado voluntariamente a sus superiores y les ha explicado los hechos, aseguró Panetta, que habló a los periodistas desde el avión en el que viaja a Kirguizistán. "Salió muy pronto por la mañana, fue a esos hogares y disparó a esas familias, y después volvió a la base de operaciones y se entregó", señaló el responsable del Pentágono.
El militar es un sargento de 38 años que había llegado a Afganistán por primera vez en diciembre, aunque tenía experiencia en Irak.
El supuesto autor de los hechos es un sargento de 38 años que había llegado a Afganistán por primera vez en diciembre pasado, aunque contaba con experiencia previa en Irak. Según indicó hoy a la CNN un funcionario del Departamento de Defensa, era un tirador de élite de infantería entrenado para matar a unos 800 metros de distancia. Durante su estancia en Irak en 2010 sufrió un accidente de automóvil que le dejó una lesión cerebral traumática, según la cadena estadounidense. Tras ser tratado de la herida, fue autorizado para volver al servicio militar y destinado a Afganistán.
El portavoz del Pentágono, George Little, señaló que el sargento será juzgado en Estados Unidos y, probablemente, en una corte marcial, que tiene "medios severos para enfrentar los crímenes". "El soldado", precisó Little, "nunca estuvo bajo custodia de las fuerzas afganas y no se enfrentará a un castigo bajo el sistema de defensa afgano".
El incidente ha agravado el malestar de la población afgana con las tropas de Estados Unidos, que hace unas semanas quemaron ejemplares del Corán en la principal base de la OTAN en suelo afgano. Esa profanación (accidental, según el mando de la OTAN) causó un estallido de violencia y protestas contra EE UU, con manifestaciones de protesta convocadas en distintos puntos de Afganistán y una treintena de muertos en disturbios relacionados con el incidente.
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