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La Unión Europea impone nuevas sanciones al régimen de Bachar el Asad

Bruselas intenta asfixiar económicamente a Damasco con congelaciones de activos, prohibiciones comerciales y sanciones al Banco Central

Los ministros de Exteriores británico (izquierda), francés (derecha) y holandés, en Bruselas.
Los ministros de Exteriores británico (izquierda), francés (derecha) y holandés, en Bruselas.GEORGES GOBET (AFP)

Los ministros de Exteriores de la Unión Europea han acordado una nueva batería de sanciones contra Siria en un enésimo ejercicio de presión económica y diplomática que dejó patéticamente al descubierto la incapacidad de los Veintisiete de actuar con efectividad sobre el régimen de Bachar el Asad. Y no parece que la Unión vaya ni pueda moverse de ahí. “La UE mantendrá su política de imponer sanciones mientras continúe la represión”, adelanta el comunicado de los ministros. Catherine Ashton, la coordinadora de la política exterior comunitaria, dijo que pone todas sus esperanzas en que Kofi Annan, el nuevo emisario de la ONU y de la Liga Árabe, pueda “conseguir rápidamente un alto el fuego”.

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La reunión de los ministros en Bruselas fue una dramática muestra de impotencia, una más, de la Unión en estos once meses de revuelta siria, cada vez más compleja. Los ministros llegaron a suscribir sin inmutarse una declaración que celebraba el resultado de la reunión de Amigos de Siria de la pasada semana en Túnez, considerada por los observadores independientes más mesurados como un estruendoso fracaso de la diplomacia internacional y por los más acerbos como una variante del camarote de los hermanos Marx.

Un rebelde apunta con su rifle desde el pupitre de una escuela en la provincia de Homs.
Un rebelde apunta con su rifle desde el pupitre de una escuela en la provincia de Homs.AP

Cada mes los ministros europeos se reúnen y cada mes adoptan una nueva serie de sanciones económicas y diplomáticas contra el régimen sirio, sin efecto perceptible. Este lunes han acordado vetar cualquier comercio con oro y metales preciosos en que intervengan organismos públicos sirios; prohibir la entrada en Europa de aviones de carga sirios y congelar los activos del Banco Central sirio en la Unión. Además, siete nuevos ministros pasan a engrosar la lista de quienes ven sus bienes congelados y no podrán viajar a la Unión. En total, la lista de personas vetadas supera ya el centenar, empezando por el propio presidente. También antes se prohibieron las importaciones de petróleo de Siria, que destinaba a la UE el 90% de su crudo.

Dudando con fundamento de los efectos que las sanciones puedan tener sobre el régimen, el secretario general de Organización para la Cooperación Islámica, Ekmeleddin Ihsanoglu, auguró en Ginebra que “lamentablemente las condiciones actuales muestran que el conflicto sirio va a durar”, en lo que estuvo implícitamente de acuerdo el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien como presión futura apuntó que “a medida que la situación empeore se considerará el cierre de las embajadas” europeas.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, cambió Bruselas por Ginebra, donde ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas instó a la comunidad internacional “a preparar ya la condiciones” para el procesamiento de la cúpula del régimen sirio. “El día llegará en que las autoridades civiles y militares sirias, empezando por el presidente Asad, deberán responder ante la justicia por sus actos. No hay impunidad para tales crímenes”, profetizó Juppé.

Catar se sumó a Arabia Saudí y a quienes piden que se arme a los alzados contra el régimen sirio, algo que hoy por hoy no está en la agenda de la Unión. Mucho menos una intervención que siga la estela del ejemplo libio. Ese antecedente, formalmente satisfactorio, resultó política y diplomáticamente muy costoso y militarmente revelador de grandes deficiencias en el frente aliado. La intervención militar “no se discutió en Túnez”, señaló Ashton. Para llegar a ese extremo “necesitamos muchas muchas cosas, empezando por el apoyo del Consejo de Seguridad”.

China y Rusia consideran que los antigadafistas abusaron en su interpretación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y ahora vetan allí cualquier otra sobre el régimen de Damasco que no tenga límites estrictamente marcados, incluido un plan de la Liga Árabe que pide el abandono del poder por El Asad en un marco más amplio de transición política. Un frustrado Juppé arremetió contra la impotencia del Consejo de Seguridad en esta crisis, de la que la impotencia de la Unión es sólo un reflejo colateral.

En el frente diplomático, y desde ayer, la UE “reconoce al Consejo Nacional Sirio como un legítimo representante” de la oposición que busca un cambio pacífico, pero no sólo no le eleva a la categoría de interlocutor único, como hizo con el Consejo Nacional de Transición libio, sino que insta a toda la oposición a que se coordine bajos los auspicios de la Liga Árabe.

En posterior conferencia de prensa, el ministro García-Margallo explicó que en Siria hay 640 personas con doble nacionalidad hispanosiria y otras 15 (personal de la embajada y del Instituto Cervantes) de nacionalidad española que no han manifestado intención de salir del país. Caso completamente distinto del enviado especial del diario El Mundo Javier Espinosa, cercado en la ciudad de Homs donde la pasada semana perecieron otros dos periodistas. “El Gobierno hace absolutamente todo lo que puede” para su evacuación con gestiones dirigidas por la máxima discreción, aseguró García-Margallo.

Mientras la diplomacia internacional daba palos de ciego en diversas latitudes, las baterías artilleras seguían batiendo durante todo el lunes los barrios de Homs habitados por suníes, grupo religioso mayoritario en Siria, donde el régimen está enraizado en la secta alauí afín al chiísmo. Y en Damasco el régimen festejaba el 89,4% de apoyo recibido en un referéndum de reforma constitucional que permitiría a Bachar el Asad seguir en el poder hasta 2028. Haciéndose seguramente eco del sentir de sus colegas europeos, el jefe de la diplomacia francesa calificó la consulta de “siniestra mascarada”.

 

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