Mijaíl Prójorov, un oligarca contra Putin
El millonario ruso se declara ateo y un "hombre global moderno" aunque se jacta de no enviar e-mails
Al oligarca Mijaíl Prójorov, de 46 años, se le veía algo incómodo el 14 de febrero en el escenario del salón de actos de la Universidad Financiera de Moscú, su alma mater, mientras los estudiantes que le habían invitado representaban un espectáculo satírico en su honor. El tema era la propia biografía del candidato a la presidencia de Rusia, incluido el inicio de su carrera a fines de los años ochenta en un negocio de envejecimiento de pantalones vaqueros junto con Alexandr Jloponin, el actual viceprimer ministro de Rusia.
En el espectáculo todas las chicas tenían el propósito de seducir al millonario para casarse con él. Por si fuera poco, un grupo de emprendedores estudiantes diseñaron un calendario de “potenciales primeras damas”, con fotos de licenciadas universitarias susceptibles de interesar a Prójorov, uno de los cinco aspirantes a suceder a Dmitri Medvédev. El equipo de asesores preelectorales del candidato desilusionó a los estudiantes al no querer financiar el calendario con sus fotos insinuantes (aunque dentro de un orden), como parte de la campaña que culmina el 4 de marzo en las urnas.
Aunque Prójorov no puede desligarse de su fama de playboy, en campaña trata por todos los medios de asociar su imagen con propuestas económicas concretas y con el éxito empresarial y deportivo. Por eso, antes de empezar a hablar de economía en la Universidad Financiera, organizó una conferencia del presidente del club de baloncesto Brooklyn NETS, de New Jersey, Brett Yormark. El club es una de las adquisiciones internacionales de Prójorov, que mide más de dos metros y que jugó él mismo al baloncesto.
En 2007 la policía francesa lo detuvo en la estación de esquí de Courchevel junto con varias decenas de personas, entre ellas varias muchachas menores de edad sospechosas de formar parte de una red de prostitución
El candidato es uno de los grandes representantes del glamour de los nuevos ricos rusos. Las chicas forman parte de su imagen de “soltero caprichoso”, sobre todo desde que en 2007 la policía francesa lo detuviera en una redada en la localidad de esquí de Courchevel junto con varias decenas de personas más, entre ellas varias muchachas menores de edad sospechosas de formar parte de una red de prostitución. Prójorov se pasó cuatro días encerrado en una celda de Lyon y el escándalo perjudicó sus relaciones con Vladímir Potanin, otro oligarca que era entonces su socio en la gigantesca empresa de producción de metales Norilsk Nickel.
En una entrevista difundida como parte de su campaña, Prójorov niega que se hubiera gastado 20 millones de euros bañando a chicas en champaña Cristal en Courchevel en las vacaciones de Año Nuevo de 2007, y asegura que estaba solo en su habitación del hotel cuando lo detuvieron. “Yo no practico el sexo en el extranjero”, dice, asegurando que ese fue el consejo que le dio su padre, un funcionario de la sección de internacional del Comité Olímpico soviético.
El millonario asegura haber sido víctima del celo profesional de un general francés que quería ser ministro del Interior y que necesitaba un buen caso. “Las nueve chicas que arrestaron conmigo vinieron por mi propia invitación”, afirma. Las autoridades francesas retiraron “todas las acusaciones” contra Prójorov y se “disculparon oficialmente”, señala. Posteriormente, el oligarca fue condecorado con la legión de honor por contribuir a los proyectos culturales de ambos países. “Francia no tiene la culpa de que existan en ella funcionarios cretinos”, sentencia.
Los rivales políticos del oligarca critican su soltería por considerar que estas características le alejan de la tradicional sociedad rusa
Los oponentes políticos del oligarca critican su soltería (y también su ateísmo) por considerar que estas características le alejan de la tradicional sociedad rusa. En la entrevista repartida por sus propagandistas, el multimillonario considera necesario explicar que ha tenido “relaciones prolongadas” con mujeres y menciona a una tal Mila, una rusa de origen que conoció en Nueva York y con quien mantuvo un romance de “más de tres años”. A Mila le mandaba su avión privado para que fuera a Moscú, algo que el califica como un “gesto de hombre global moderno”.
Cualquiera que sean sus excesos (una fiesta en el crucero Aurora en San Petersburgo, por ejemplo), Prójorov resulta atractivo para muchas mujeres rusas, incluidas las estudiantes de la Universidad Financiera de Moscú. “Es listo, es rico, es guapo”, votaré por él”, dice una funcionaria jubilada deseosa de un cambio en la sociedad.
Prójorov se jacta de no usar el móvil y de no haber mandado en su vida un correo electrónico. Le gusta el deporte, las mujeres y la comida, aunque no necesariamente por este orden. Se considera un “tragón” y mantiene a dos cocineros del Cáucaso en su mansión rodeada de un amplio jardín de las afueras de Moscú. Prójorov vive junto con su única hermana, Irina, nueve años mayor que él. Irina, una filóloga que edita una revista literaria y dirige la fundación filantrópica de su hermano, es la mujer que más ha hecho por el candidato Prójorov. En un debate televisivo en el que representaba a Mijaíl, los argumentos, el tranquilo poder de convicción y en definitiva el atractivo personal de Irina fueron tan poderosos que hasta el director de cine Nikita Mijailkov, su oponente en representación del candidato Vladímir Putin, acabó diciéndole: “Si usted se presentara a las elecciones en lugar de su hermano , yo la votaría”. “Y votaría a Mijaíl si le conociera”, respondió ella con una radiante sonrisa.
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