Un pueblo indígena de Perú lucha por su aislamiento en la selva
Los mashco-piro se ven presionados por la tala ilegal, según los investigadores
La difusión de nuevas fotografías de la comunidad indígena aislada en Perú mashco-piro, revela los obstáculos que se encuentran estos pueblos que han decidido vivir sin contacto con el exterior.
“Cada vez se dejan ver más, se acercan a zonas de tránsito. Es muy probable que huyan de la presión que les supone la tala ilegal y la presencia de los helicópteros de empresas petroleras que trabajan en la zona”, ha explicado Rebecca Spooner, investigadora de la ONG Survival International.
El explorador español Diego Cortijo logró fotografiar, el pasado 16 de noviembre, a un grupo de la comunidad indígena aislada mashco-piro. “Fue pura casualidad”. Cortijo, de 27 años, dirigía una expedición arqueológica en la selva peruana de la Sociedad Geográfica Española. De camino a unos yacimientos, el equipo decidió pasar la noche en la cabaña de Nicolás Flores, Shaco, en la región de Manú, al sureste del país. Este indio matsigenka llevaba varios años en contacto con la comunidad nómada.
A la mañana siguiente, “Shaco oyó un ruido. Lo estaban llamando. Nos acercamos al río Madre de Dios y, en la orilla de enfrente, a unos 100 metros, se encontraba un grupo de mashco-piro”, ha recordado Cortijo. En los “pocos minutos” que los indígenas permanecieron “tranquilamente sentados”, el joven explorador logró hacer varias fotografías. “Shaco nos dijo que querían machetes. Los entendía porque su mujer hablaba piro, una lengua similar a la de los mashcos”, ha explicado. Seis días más tarde, una flecha de los indígenas le causó la muerte a Shaco.
“Parece que hay división entre los mashcos sobre el contacto con el exterior. Puede que por eso hayan matado a Shaco. Pero es imposible saberlo con certeza”, asegura el periodista y escritor Scott Wallace. Este autor de The Unconquered (Los no conquistados) explica que los mashco proceden de la misma zona en la que tuvo lugar, en 1894, la masacre que inspiró la película Fitzcarraldo, de Werner Herzog. El cauchero peruano Carlos Fermín Fitzcarraldo reprimió brutalmente a las comunidades indígenas que se oponían a sus actividades comerciales. Los mashcos, según Wallace, se refugiaron entonces en “zonas alejadas y de difícil acceso”. Este reportero gráfico estadounidense asegura que “es muy probable” que algunos grupos de los “centenares” de mashcos que viven en la zona quieran establecer contacto con otras poblaciones. “Pero tienen miedo. Y con razón”.
Los expertos consultados coinciden en que los mashcos son nómadas, que viven en grupos y que su aislamiento es voluntario. Se desconoce su cultura. Spooner, ha señalado, no obstante, que el machete que se observa en una fotografía de Cortijo está adornada con el diente de un carpincho, un roedor sudamericano. Según la investigadora, la ONG difundió las fotografías, cedidas por el español, para “presionar al Gobierno peruano para que insista en la persecución de la tala ilegal”.
Survival International asegura que, además de la tala ilegal y la extracción de hidrocarburos, los indígenas se enfrentan a un nuevo peligro: el tráfico de drogas que utiliza helicópteros y ocupa terreno para cultivar coca.
También fotografió a los mashco-piro Gabriella Galli, simpatizante italiana de Survival. Galli realizaba una ruta de avistamiento de aves cuando, desde su embarcación, vio a los indígenas. La imagen fue tomada desde un barco y no se produjo ningún contacto, según Survival. La autora de las imágenes no ha querido hablar con la prensa.
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