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"Es muy fácil hacer negocios en Europa"

Tony Hague tiene en Reino Unido una empresa de 200 empleados que ha aumentado su negocio gracias a las ventajas del mercado único europeo

Con todo el ruido y la furia sobre las ventajas y los inconvenientes de la UE, este es un argumento que no suele oírse. Un mercado único enorme, lucrativo, sostenido sobre el imperio de la ley, reforzado por la simple economía de la especialización y el comercio y agrandado por la prosperidad de varios de los países más ricos del mundo.

Por lo menos, esa es la opinión de Tony Hague sobre las ventajas de formar parte de la Europa de los 27. Hague es director general de PP Electrical Systems, una empresa de 200 empleados situada cerca de Walsall que fabrica material de ingeniería eléctrica de gama alta. En sus 10 años en la empresa, Hague ha visto cómo pasaba de ser una compañía sobre todo nacional a una empresa que factura la mayor parte de su negocio en otros mercados.

“Cuando comencé, teníamos pocos clientes extranjeros”, dice Hague durante una visita a la fábrica. “Hoy, el 25% de nuestras ventas (que ascienden a 25 millones de libras anuales) consiste en exportaciones directas, y la cifra asciende al 75% si se tiene en cuenta que vendemos la mayor parte de nuestros productos a clientes británicos que luego los venden a empresas extranjeras, sobre todo en Europa”.

El mayor mercado de PP es Alemania, donde hace poco inauguró una oficina de ventas y comercialización. Hague dice que la bronca reciente entre Gran Bretaña y Europa por el futuro de la eurozona divierte y extraña a los hombres de negocios con los que se reúne en Hamburgo, Dusseldorf y Frankfurt.

Hague explica: “Nuestros amigos alemanes sonríen porque sus periódicos ponen verde al Reino Unido por perjudicar el euro y algunos de nuestros periódicos dan patadas a los europeos. La verdad es que a nosotros no nos importan en absoluto las cosas que ocurren entre los políticos. Lo que queremos es hacer negocios y olvidarnos de lo que dice la prensa”.

Hague comienza la visita a la fábrica, durante la que me muestra con orgullo varios dispositivos y máquinas que tienen un valor de hasta 250.000 libras la pieza. “Lo que hacemos es muy de vanguardia, estamos en la parte alta de la gama; no hacemos aparatos como churros”.

PP hace productos de alta tecnología para clientes que, a su vez, fabrican maquinaria y la venden a empresas dedicadas al procesado de alimentos, la electrónica de consumo, el material médico y la energía. “Fabricamos son sistemas de control eléctrico que podemos describir como la ‘inteligencia automatizada’ que permite que la maquinaria haga lo que se supone que debe hacer”.

Hague, de 42 años, nacido y educado en las Midlands, dejó el colegio en 1987 e hizo un aprendizaje en ingeniería. Antes de entrar en PP, coincidiendo con el cambio de milenio, trabajó para un ingeniero italiano cerca de Turín, que vendía productos a Austria, Suiza, Francia y España, “así que era europeo de verdad”.

También lo es hoy PP, puesto que sus principales clientes están en Alemania, el norte de Italia, Francia y los países del Benelux.

Dice Hague: “Es muy fácil hacer negocios en Europa. Los trámites están claros, y existe mucha ayuda. No hay barreras comerciales ni aduaneras, y a veces tenemos menos problemas para hacer envíos a Alemania que para hacerlos dentro del Reino Unido. La legislación de la UE ha simplificado enormemente las cosas".

A Hague no le gusta hablar de política pero, si se le insiste un poco, resulta que tiene opiniones muy claras sobre la cumbre del año pasado, cuando David Cameron vetó un nuevo tratado para toda la UE, pensado con el fin de estabilizar la eurozona.

“Tenemos que reconstruir los puentes. Europa es absolutamente esencial, es vital para el Reino Unido como mercado para las exportaciones. No podemos seguir permitiéndonos el lujo de ser una pequeña nación isleña”.

Hague alega que la mayoría de las empresas de fabricación en el Reino Unido no puede sobrevivir solo con los clientes británicos porque no existe suficiente negocio. Sectores nacionales que solían ser prósperos como el del motor, la electrónica, la maquinaria y otras muchas actividades han desaparecido o, al menos, se han reducido drásticamente en los últimos 20 años, y eso ha disminuido la demanda.

“Los fabricantes británicos que quedan producen artículos que, en general –yo diría que en un 90%–, acaban en el extranjero, sobre todo en Europa. Es su única forma de sobrevivir”.

Hague opina que sería "desastroso" que Gran Bretaña se saliera de la UE, porque muchas empresas británicas venden, sobre todo, en Europa; cualquier cosa que ponga en peligro esa relación podría acabar de destruir lo que queda de nuestra base industrial, que ya es bastante pequeña en comparación con hace 30 años. “No podemos permitirnos la enemistad de Europa, no podemos quedarnos fuera, no podemos no participar en el proceso de toma de decisiones”.

Por mucho que Cameron quiera proteger a la City de la intromisión de la UE, Hague no cree que el precio deba pagarlo la fabricación industrial. Dice que Gran Bretaña tiene que cuidar el sector, tal vez imitar el ejemplo de Alemania, donde la banca corporativa, los bancos regionales y los bancos nacionales colaboran para apoyar a las empresas a largo plazo.

“La gente pregunta por qué no fabricamos ya nada en el Reino Unido y responden que sale demasiado caro; pero eso es una estupidez. Fíjese en Alemania, que no es un país en el que la fabricación sea barata, porque sus gastos administrativos y sociales son mayores que los nuestros. ¿Cómo es posible? El secreto está en una palabra: inversión. Invierten en automatización, invierten en formación, invierten en capacitación, y lo hacen mejor. Uno no compra un aparato Bosch, un Audi o un BMW porque es el más barato. Lo compra porque sabe que dentro de 10 años va a seguir funcionando y no le va a dejar tirado. El éxito alemán no tiene nada que ver con unos costes laborales bajos”.

Hague considera que es demasiado tarde para restaurar las industrias británicas que han perdido terreno ante competidores extranjeros y han acabado por desaparecer.

“Pero, para generar verdadera riqueza en un país, hay que cultivar una base de producción industrial sana. Hoy, eso significa proteger los mercados de exportación del Reino Unido, y los primeros son los europeos”.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

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