Sarkozy anuncia que dejará la política si pierde las elecciones
El presidente francés contempla por primera vez ante los suyos la posibilidad de una derrota electoral en las presidenciales en primavera
Nicolas Sarkozy ha evocado este martes, durante el tradicional desayuno con sus diputados y ministros, la posibilidad de sufrir una derrota en las presidenciales francesas de la próxima primavera. A la vista de que los sondeos cada vez le alejan más de la victoria, el líder conservador ha anunciado a los suyos que, si no es reelegido, dejará la política: “Si pierdo lo dejo, eso es seguro”, ha dicho, según ha revelado Le Monde. “Y en todo caso, estoy cerca del final. Por primera vez en mi vida, me enfrento al final de mi carrera”.
Sarkozy está empeñado en demostrar a los electores que no está atado a la poltrona de El Elíseo. “No soy un dictador”, suele decir para despachar a quienes le critican por ser una especie de monarca republicano. Su amigo, mano derecha y ex ministro Bryce Hortefeux, ha intentado convencerle junto a otros dirigentes de que, si la derecha pierde las elecciones, Sarkozy mantenga el poder en el partido, la UMP, pero el presidente se ha negado. "¿Queréis que me dedique a animar las secciones de la UMP? No merezco eso, prefiero el Carmelo [el jardín, el retiro], en el Carmelo al menos hay esperanza”.
Le Monde recuerda que, en mayo, Sarkozy tendrá 57 años, y añade con malicia que observa con mucha atención los recorridos de los grandes políticos del mundo que abandonan su actividad. El horizonte de dar conferencias en inglés no le convence, porque lo habla mal, pero Sarkozy nunca ha ocultado su pasión por el dinero, recuerda el diario parisiense. En noviembre de 2011, durante la reunión del G-20 en Cannes, hablando de los sueldos de los banqueros, Sarkozy dijo: “A mí también me gustaría ganar dinero”, antes de denunciar la “inmoralidad” de esos salarios dorados.
Según Hortefeux, su amigo Martin Bouygues le ha propuesto muchas veces unirse a su grupo empresarial, pero Sarkozy lo ha desestimado. “Cambiaría de vida completamente y no oiríais más hablar de mí”, ha dicho en la reunión de hoy, fantaseando con una dolce vita en la que solo trabajaría “de martes a jueves por la noche”.
Como todos los presidentes, Sarkozy está inquieto por el sello que dejará en la historia. Y parece convencido de una cosa: "Si uno quiere ser amado en el futuro, hace falta cortar”.
A menudo, Sarkozy se ha quejado de que los diputados y ministros de la UMP no están poniendo el máximo empeño para ayudarle a ganar las elecciones. Quizá el arranque de sinceridad de hoy sea una manera de espolear a los suyos. El partido, muy inquieto por el gran golpe de efecto dado por el candidato socialista François Hollande en su discurso del domingo, ha pedido a Sarkozy que adelante el anuncio de su candidatura. Pero el jefe del Estado está decidido a seguir gobernando y aprobando reformas impopulares hasta el último minuto. Según ha dicho, ese es su “deber”. Pero quizá sea una forma inconsciente de aceptar que ha llegado el momento de dejarlo.
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