China busca en Emiratos Árabes que el precio del petróleo no se dispare
Teherán critica a Arabia Saudí por garantizar el suministro petrolero pese a las sanciones que castigan las exportaciones de Irán
El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha pedido en Abu Dhabi colaboración para mantener la estabilidad en el precio del petróleo, y ha asegurado que su país trabaja a favor de la paz en la región. Sus palabras, pronunciadas en el marco de una conferencia sobre la energía, se producen después de una semana en la que la tensión dialéctica entre Irán y Occidente ha vuelto a elevar el precio del petróleo y cuando la última andanada de Teherán amenaza con abrir una brecha entre los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Irán, que es el tercer exportador mundial de crudo después de Arabia Saudí y Rusia, advirtió el domingo a las monarquías petroleras del Golfo que considerará un gesto “inamistoso” que compensen sus exportaciones de petróleo en caso de un embargo occidental por su programa nuclear. Con anterioridad, diversos portavoces iraníes habían asegurado que podrían cerrar el estrecho de Ormuz si las sanciones alcanzaran a su petróleo, cuya venta proporciona el 80% de las divisas del país.
“Si nuestros vecinos árabes colaboran con los países aventureros [EE UU y la UE] para reemplazar la producción de Irán con su petróleo..., serán los principales responsables [de las consecuencias]”, declaró el representante de Irán ante la OPEP, Mohammad Ali Jatibí, en una entrevista con el diario Sharq. Sus palabras contribuyeron a aumentar la tensión en la región, que ya ha puesto el precio del barril de Brent por encima de los 110 dólares. Además, abren una brecha dentro del cartel petrolero, en el que Irán y Arabia Saudí son dos de los pesos pesados.
“En tanto que miembro permanente del Consejo de Seguridad, China seguirá promoviendo la paz en Asia occidental”, ha declarado por su parte Wen ante los participantes en la cumbre World Future Energy, en referencia a la región del Golfo. El primer ministro chino, que ha llegado procedente de Arabia Saudí, donde ha firmado varios acuerdos energéticos, defendió la necesidad de que los países importadores, exportadores y de tránsito colaboren para lograr la estabilidad en los precios de las materias primas, en especial del petróleo y el gas.
La visita de Wen a la zona, como las que los últimos días han realizado el primer ministro británico, David Cameron, el ministro de Exteriores japonés, Koichiro Gemba, o el congresista estadounidense Eric Cantor, busca fuentes alternativas con las que sustituir el petróleo iraní, que en el caso de China supone casi un 15% de sus necesidades. Aunque Pekín no apoya el embargo de crudo a Irán que estudia la UE, teme verse afectada por las sanciones de EE UU. Washington va a penalizar a las empresas extranjeras que negocien con el Banco Central iraní, donde se pagan la mayoría de esas compras.
Pekín importa de Irán el 15% del petróleo que necesita
El ministro saudí de Petróleo, Ali al Naimi, tranquilizó a sus interlocutores y reiteró la conocida postura de su país de cubrir cualquier exceso de demanda. “Lo que quieran los consumidores, se lo daremos”, declaró citado por la prensa local. Sin embargo, tras la advertencia iraní, el ministro precisó que el ofrecimiento no está ligado a las sanciones contra Irán sino a la demanda. “Esta capacidad extra es para responder a emergencias mundiales, a nuestros clientes. Ese es el objetivo. No nos centramos en quien reduce la producción sino en quien quiere más”, ha matizado Al Naimi en una entrevista con la cadena de televisión por satélite CNN.
El ministro saudí confirmó que su país puede “fácilmente aumentar la producción, en pocos días, hasta los 11,8 millones de barriles diarios frente a los 10 millones actuales. “Todo lo que necesitamos es girar las válvulas”, aseguró. Alcanzar los 12,5 millones de barriles, en los que se estima el máximo de su capacidad, llevaría 90 días.
Solo la existencia de esa posibilidad contrarresta psicológicamente gran parte del daño que supondría la desaparición del mercado de parte o del total de los 2,4 millones de barriles que Irán exporta a diario. Y Arabia Saudí es el único país con capacidad para ello. De ahí la importancia de cada palabra que pronuncia Al Naimi y el nerviosismo que suscita en Teherán. De ahí, también, que China, o cualquier otro de los grandes consumidores entre los países emergentes, miren a Riad ante la crisis que se avecina. “Si nos pidieran que les proporcionáramos otros 200.000 o 300.000 barriles, no sería ningún problema”, señalo el ministro. China importa diariamente entre 400.000 y 500.000 barriles de Arabia Saudí y una cantidad similar de Irán.
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