El expresidente de Israel ingresa en la cárcel condenado por violación
Moshe Katsav cumplirá siete años de cárcel en un pabellón de presos religiosos
Moshe Katzav, presidente de Israel entre 2000 y 2007, ha ingresado esta mañana en prisión para cumplir una condena de siete años por dos delitos de violación, dos de acoso sexual, uno de acto indecente con uso de fuerza y uno de obstrucción a la justicia. Un tribunal de Tel Aviv decidió en 2010 por unanimidad que no existían dudas sobre los hechos, cometidos sobre secretarias y funcionarias a las órdenes de Katzav mientras éste fue ministro de Turismo y, posteriormente, jefe del Estado israelí. El mes pasado su última apelación fue rechazada.
“Hoy un hombre es ejecutado sin pruebas, un día comprobaréis que habéis enterrado vivo a un hombre”, ha proclamado Katzav cuando abandonaba su domicilio para dirigirse a la prisión de Maasiyahu. Según él, lo que ocurrió entre él y sus subordinadas fueron solamente “gestos de cariño”. Katzav había solicitado ingresar en el centro por la puerta de funcionarios, pero finalmente ha entrado por la puerta principal, como cualquier otro condenado, acompañado por familiares y amigos y ante numerosas cámaras.
Hoy un hombre es ejecutado sin pruebas" Moshe Katzav, expresidente israelí
El ex presidente de Israel se alojará en el ala de presos religiosos, donde no hay televisión y la mayor parte del tiempo se dedica a leer la Biblia. Compartirá celda con un viejo conocido suyo, Shlomo Benizri, del que fue compañero de Gobierno. Benizri cumple cuatro años de condena desde 2009 por corrupción y prevaricación.
Katzav, que acaba de cumplir 65 años, permanecerá bajo cámaras de vigilancia las 24 horas del día y un vigilante se dedicará en exclusiva a él, porque se le considera en riesgo de suicidio. Gozará del privilegio de vestir su propia ropa dentro de la cárcel, pero tendrá que vestir el uniforme de recluso en futuras comparecencias judiciales.
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