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Medvédev emprende la campaña electoral del partido Rusia Unida

El presidente ruso afirma que la organización necesita un cambio de imagen para generar nuevos líderes y reitera su lealtad a Vladímir Putin

Pilar Bonet
Medvédev, durante un acto del partido gubernamental Rusia Unida.
Medvédev, durante un acto del partido gubernamental Rusia Unida.SERGEI KARPUKHIN (AFP)

Con las semanas contadas en el cargo y su imagen debilitada, Dmitri Medvédev, el actual presidente de Rusia, ha emprendido este sábado su campaña para participar en los comicios parlamentarios del 4 de diciembre como cabeza de lista del partido gubernamental Rusia Unida (RU).

El escenario elegido para iniciar la nueva etapa fueron los locales reconvertidos de una histórica fábrica de chocolate vecina al Kremlin, donde fueron convocados afiliados y simpatizantes de RU, bloggeros y otros personajes con los que Medvédev se siente a gusto y en gran parte conoce personalmente. La reunión, de dos horas y media, ha sido trasmitida en directo por el canal de televisión Rusia 24 horas.

Mientras tanto, Vladímir Putin, el actual jefe de Gobierno, se apresta a recuperar la presidencia que cedió a su protegido durante cuatro años. En su residencia de Novo Ogoriovo, en las afueras de Moscú, Putin conversa el domingo con los directores de las tres canales de televisión estatales. Estos funcionarios, que reciben instrucciones regulares del Kremlin, ya fueron reunidos recientemente por el presidente para explicar su renuncia.

“Pese a la decisión tomada… diré sin vana modestia que no tengo intención de infravalorar mi potencial, que, en mi opinión, no se ha realizado plenamente”, ha dicho Medvédev hoy, indicando así que quiere permanecer en política y seguir impulsando la modernización de Rusia. No obstante, para algunos sectores liberales, las manifestaciones de Medvédev son tardías, pues si este no pudo o no quiso consolidar su propia base de poder cuando tenía la legitimidad de las urnas, mucho menos podrá hacerlo como jefe de Gobierno, un cargo cuyo nombramiento y destitución está en manos del presidente.

La falta de sensibilidad democrática de Medvédev y su concepción del poder quedaron patentes en su respuesta a la única pregunta crítica que le fue formulada. El periodista Nikolái Zhvanidze, que no es miembro de RU, quiso saber de “qué recursos e instrumentos” dispone Medvédev, en tanto que persona deseosa de seguir en el poder, para combatir los males del sistema. Como ejemplo, Zhvanidze enumeró “la tremenda y creciente corrupción”, “la arbitrariedad del funcionariado”, “la falta de una Justicia independiente y real”, las instituciones que imitan la democracia y la sociedad civil, la “economía opaca, arcaica y desequilibrada” basada en la exportación de materias primas, la “falta de competencia en economía y en política” y la “alienación del Estado y la sociedad”.

“El único instrumento, -se lo diré con total sinceridad-, es no entregar el poder y continuar trabajando”, le espetó Medvédev. “No sé quien vendrá dentro de 10 o 15 años en sustitución del actual equipo dirigente. Espero que sean más listos, mejores y más fuertes que nosotros, pero ahora considero mi deber y mi obligación personal continuar trabajando por el bien de nuestro país”, sentenció.

El pasado 24 de septiembre, Medvédev renunció a renovar su mandato en las elecciones presidenciales del próximo marzo y apoyó a su protector, Vladímir Putin, alegando que este tiene una popularidad mayor a la suya. Medvédev ha propuesto crear un Gabinete ministerial muy amplio con participación de la sociedad y con gente totalmente nueva.

Hoy, el actual presidente ha elogiado su propia gestión en campos como la difusión de redes sociales e internet, política demográfica e intervención militar en Osetia del Sur. También ha escuchado complacido las lisonjas de algunos ejecutivos relacionados con las tecnologías digitales y aceptado plenamente su dependencia de Putin. “En política, por nuestros puntos de vista y nuestros enfoques, estamos muy próximos y en la vida cotidiana, aunque puede que pocos lo crean, verdaderamente no somos competidores, sino camaradas y amigos próximos desde hace 20 años”. “De otro modo”, ha proseguido, “yo no habría tenido ninguna carrera política en Moscú”.

Rusia Unida debe renovarse y someterse a un rebranding (cambio de imagen) para poder generar líderes y no depender de los que tiene, ha dicho el presidente utilizando una expresión de marketing y asegurando que él es “carne de la carne” del partido. Medvédev, que por una parte se califica a sí mismo de “joven”, ha dicho que “ya no soy tan joven como quisiera”.

Saliendo al paso de las acusaciones de retorno a la época de Leonid Breznev, ha asegurado  que se acuerda muy bien de Breznev y otros líderes soviéticos como Yuri Andrópov, Konstantin Chernenko y Mijaíl Gorbachov. “Eran otros tiempos”, ha sentenciado.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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