Sarah Palin desiste de postularse a las presidenciales estadounidenses
La exgobernadora de Alaska anuncia que no se postulará a las primarias republicanas para llegar a la Casa Blanca
La antigua princesa del conservadurismo norteamericano, Sarah Palin, ha anunció su decisión de que no será candidata a la presidencia de Estados Unidos, lo que despeja dudas en el campo republicano y elimina la ilusiones que millones de personas habían puesto en esta mujer, singular en su estilo y heterodoxa en su política, desde que apareció por sorpresa como compañera de candidatura de John McCain en 2008.
“Creo que este momento puedo ser más eficaz en un papel decisivo para ayudar a elegir a otros servidores públicos, para los gobiernos estatales, para los escaños del Congreso y para la presidencia”, afirma la ex gobernadora de Alaska en un mensaje escrito dirigido a sus seguidores.
La decisión de Palin llega apenas 24 horas después de que otro primer espada del Partido Republicano, el gobernador de New Jersey, Chris Christie, comunicara igualmente que no se presenta a las elecciones, desoyendo la presión recibida en ese sentido de parte de figuras tan simbólicas de la derecha como Nancy Reagan, la viuda del expresidente, y Henry Kissinger.
Sin Palin ni Christie, la carrera republicana queda, pues, reducida a los candidatos ya conocidos que han competido en los debates electorales de estos últimos meses y entre los que ninguno posee el peso suficiente como para ser considerado un favorito. Mitt Romney y Rick Perry se han ido turnando en la cabeza de las encuestas. Es el primero quien parece consolidarse al frente, pero tan débilmente que seguramente continuarán las especulaciones sobre nuevos aspirantes de última hora.
Tanto Palin como Christie eran figuras conocidas que hubieran podido capturar la atención de los medios de comunicación durante un tiempo, pero así como el gobernador de New Jersey posee la combinación de radicalismo y moderación que se requieren para ganar las primarias y tener opciones en las presidenciales, Palin es un terremoto político que ha desatado tanto amor como odio desde su entrada en el primer plano de la política.
Afirman los analistas que Palin era la candidata preferida por Barack Obama, precisamente porque su extremismo conservador la hacen inelegible como presidenta. Quizá esa misma razón es la que, en última instancia, le ha hecho renunciar a la candidatura, por mucho que ella siempre haya desarrollado una carrera por libre, sin prestar demasiada atención a la dirección de su partido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.