El Gobierno israelí crea una comisión especial en respuesta a las protestas de los indignados
El primer ministro encomienda a la mitad de su gabinete participar en el proyecto.- Los líderes de la protesta creen que es una maniobra política para ganar tiempo
Dicen que lo que no ha logrado Estados Unidos con Netanyahu en relación a la solución del conflicto israelí-palestino, lo han conseguido un grupo de jóvenes estudiantes y profesionales en menos de tres semanas: poner contra las cuerdas al primer ministro y a todo su Gabinete desde que comenzara su legislatura en 2009.
Benjamin Netanyahu ha reiterado hoy, después de que anoche unos 300.000 indignados se echaran a la calle en varias ciudades del país (sólo en Tel Aviv hubo 200.000 manifestantes, según cifras de la policía), que creará un comité mixto de ministros y expertos independientes para atajar las protestas de estudiantes, médicos, profesores, trabajadores sociales o funcionarios de prisiones, entre otros colectivos.
Con este anuncio pretenden negociar con sus representantes una solución a la crisis socioeconómica, la más grave que ha vivido el país en décadas y, sin duda, su peor pesadilla en materia de política interna desde que asumió el cargo. "No podemos ignorar la voz del pueblo, vamos a darle soluciones reales y no tratamientos cosméticos", ha asegurado en una entrevista concedida a la radio del Ejército, "aunque no podremos complacer a todo el mundo" añadía después de comentar el documento que prepara su gabinete y que se hará público en un mes aproximadamente.
La mitad del gobierno
Quince ministros, la mitad de los que componen su Gobierno de coalición, formarán parte de este comité, encabezado por el titular de Economía, Yuval Steiniz, y en el que participarán, además, el responsable de Educación, Gideon Sa'aar; el de Vivienda, Ariel Atias; el de Trabajo, Shalom Simhon; y el de Industria, Gilad Erdan, entre otros. La comisión, que negociará con los representantes de las protestas, se completará con dos observadores independientes. Uno de ellos será Manuel Trachtenberg, un consejero de educación estatal que, según el primer ministro, es el que "mejor puede llevar a cabo esta misión".
Estos políticos y expertos serán los encargados de tratar con los portavoces de las manifestaciones la posibles soluciones a la crisis: reducir los impuestos indirectos, limitar los monopolios comerciales -las principales empresas del país están controladas por unas cuantas familias apoderadas- , acortar los plazos en la concesión de licencias para la construcción de nuevas viviendas -una pareja puede esperar hasta siete años hasta que le den la casa- o poner en marcha la polémica ley de los Comités de Vivienda, rechazada por los manifestantes porque acelera los plazos en la ejecución de las obras pero no garantiza la bajada de precios en el momento de la adquisición.
La oposición, decepcionada
"Es una ley para ganar tiempo que Netanyahu quiere aprobar desde hace años", dice Yotam Kelner, uno de los líderes de las protestas en Jerusalén. "Fomentará la corrupción entre los contratistas y permitirá al Gobierno hacer lo que quiera, por ejemplo construir en zonas verdes sin dar explicaciones", añade. Algunos compañeros suyos ya han convocado la "manifestación del millón de personas", como se le conoce, para el próximo 3 de septiembre y esperan batir el récord de asistencia.
Por su parte, portavoces del partido de oposición Kadima han calificado la decisión de establecer una comisión de expertos como "decepcionante". También han acusado a Netanyahu de oportunista y de ofrecer permanentemente una fórmula fallida a los manifestantes en lugar de asumir realmente lo que ellos piden: un cambio de gobierno. Algunas voces incluso aseguran que ha comenzado la cuenta atrás para su coalición, esto a pocas semanas de que los palestinos puedan declarar su propio Estado ante las Naciones Unidas. Dos frentes abiertos simultáneamente, algo que enturbia los sueños del primer ministro.
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