Erdogan pacta con el Ejército turco una salida a la crisis entre Gobierno y cúpula militar
La salida honrosa de varios oficiales sospechosos de golpismo rebaja la tensión vivida a lo largo de la semana entre ambas instituciones
El Gobierno y el Ejército turcos han llegado hoy a un acuerdo para remodelar la cúpula militar tras la dimisión, el viernes pasado, de cuatro de los cinco miembros del Estado Mayor por desavenencias con el Ejecutivo islamista de Recep Tayyip Erdogan. El pacto, hecho público esta mañana tras finalizar la reunión anual del Consejo Militar Supremo (YAS), se traduce en la elección de cuatro nuevos generales con pocas apetencias políticas como cabezas del segundo mayor Ejército de la OTAN. Su elección consolida el control civil de los militares y supone un éxito para Erdogan, que desde su llegada al poder en 2002 mantiene un pulso subterráneo con los uniformados.
La reunión entre Gobierno y militares, que arrancó el lunes, ha sido tensa a causa de las discrepancias entre el estamento civil y el castrense. Finalmente, ambos han cedido para lograr una salida honrosa de los 14 oficiales sospechosos de golpismo, y sobre cuyas promociones giraba el debate de este año. Gobierno y militares han acordado, como estaba previsto y dictamina la ley, no promocionar a los generales encarcelados, pero sí permitir que permanezcan en sus puestos un año más.
El jefe de la Gendarmería y único comandante que se negó a presentar su dimisión la semana pasada, Necdet Özel, ha sido nombrado nuevo jefe del Estado Mayor. Los nuevos nombramientos promocionan además al general Hayri Kivrikoglu a la comandancia del Ejército de Tierra y al segundo lugar en la cadena de mando del Ejército. Kivrikoglu es conocido por su oposición a los islamistas moderados y por haberse negado en el pasado a recibir al presidente, Abdulá Gül. El general Mehmet Erten es el nuevo comandante de las Fuerzas Aéreas. La comandancia de la Marina recae en el general Emin Murat Bilgel. Y el mando de la Germandería pasa a manos de Bekir Kalyoncu.
El acuerdo entre militares e islamistas moderados rebaja un poco la tensión desatada el viernes. El pulso entre ambos estamentos ha reforzado al partido en el Gobierno que, según algunos analistas, tiene vía libre para desarrollar nuevas leyes dirigidas a someter, definitivamente, el poder militar al ejecutivo. Entre ellas se estudia la prohibición a los uniformados de realizar cualquier tipo de comunicado político. Según esta nueva norma, el Estado Mayor debería transmitir sus opiniones al primer ministro durante sus reuniones semanales.
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