Rusia emplea la diplomacia del ajedrez en Libia
El presidente de la Federación Mundial de Ajedrez juega una partida con Gadafi en Trípoli
Kirsán Iliumzhínov, el presidente de la Federación Mundial de Ajedrez (FIDE), jugó el domingo una partida de este juego con el líder libio Muamar el Gadafi. Así lo declaró el mismo Iliumzhínov, que entre 1993 y 2010 fue la máxima autoridad política de Kalmyka, una provincia rusa de tradiciones budistas y ribereña con el mar Caspio. Imágenes de la televisión libia, reproducidas en el canal ruso NTV, mostraron a Iliumzhínov y Gadafi enfrascados en una partida, en la cual el libio jugó con las piezas blancas y practicó la "defensa siciliana".
Curiosamente, el representante especial del presidente de Rusia en África, el arabista Mijaíl Marguélov, visitó a los rebeldes libios la semana pasada en Bengasi, pero no viajó a Trípoli para entrevistarse con Gadafi. El lunes, Marguélov dijo que se desplazará a la capital libia la próxima semana por órdenes del presidente ruso. El Kremlin pretende perfilarse como mediador en el conflicto libio y para ello, en las últimas semanas, se ha esforzado por establecer contactos con los rebeldes de aquel país.
"No soy político, fui como deportista", puntualizó Iliumzhínov, que en marzo de 2003 fue el último dirigente ruso que visitó a la familia de Sadam Hussein en Irak, antes de que comenzara el bombardeo norteamericano. Iliumzhínov afirmó que se encontraba en Trípoli en el marco de una gira para promocionar el ajedrez en África. Según explicó, fue Mohamed el Gadafi, jefe del Comité Olímpico libio e hijo de Muamar, quien le transmitió una invitación de su padre para jugar una partida. Durante el encuentro, que duró unas dos horas, Iliumzhínov y los dos Gadafi bebieron té y conversaron.
En esa conversación, el presidente libio dijo que no tenía intención de abandonar su país, porque esa era su tierra y el lugar donde habían perecido sus hijos y sus nietos. Sobre la posibilidad de retirarse de sus cargos, Gadafi recordó: "No soy ni primer ministro ni presidente ni rey y no tengo ningún puesto en Libia, y por lo tanto no tengo ningun cargo que deba abandonar".
El resultado de la partida entre el funcionario internacional y el líder libio fue un empate."Gadafi es un aficionado, más flojo que yo. Así que estuvimos de acuerdo en empatar", dijo Iliumzhínov, quien valoró el estado de ánimo de su contrincante como "muy tranquilo, muy normal". A diferencia de Gadafi padre, su hijo Mohamed es "un jugador serio", que "conoce toda la teoría del ajedrez". Sobre la capital de Libia, Ilumzhínov exclamó: "No es el Trípoli que yo conocí".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.