Con el fusil automático en casa
Suiza vota a favor en un referéndum federal de mantener la posesión en los domicilios particulares de armas de fuego.- Más de dos millones de armas conviven en las casas de familia
La serena y pacífica Suiza tiene una característica (entre muchas otras) que llama poderosamente la atención del visitante extranjero: su Ejército es una milicia. Unas fuerzas armadas compuestas de ciudadanos en un 95 % (apenas un 5 % son militares de carrera) que se encuentran en situación de disponibilidad desde los 18 hasta los 34 años. En casos excepcionales, este servicio se puede extender hasta los 50 años. Esta servicio militar ciudadano se fundamenta en la posesión doméstica de armas de fuego, una tradición que hoy se ha sometido a votación, con un resultado claro: las armas se quedarán en las casas, con un 56,31% de los votos a favor. La tradición perdurará, y hace que la pequeña Suiza pueda disponer en caso de conflicto (algo ciertamente inimaginable) de la friolera de más de 1.600.000 soldados perfectamente equipados y armados que reciben un entrenamiento anual. A ellos se suman voluntarios y mujeres.
Al igual que ocurre en países como Israel, en Suiza es moneda corriente ver en las calles y transportes públicos a jóvenes soldados vestidos con uniforme de camuflaje y llevando con mimo entre las piernas un fusil automático. Y he aquí el curioso tema que hoy se vota: ¿deben esos soldados poder seguir llevando las mencionadas armas de guerra a sus domicilios particulares? ¿Pueden convivir más de dos millones de armas de fuego con las familias en un país de siete millones de habitantes?
A pesar de que en Suiza son impensables las tristemente habituales situaciones violentas que se viven en Estados Unidos (otro país con auténticos arsenales en manos particulares) una serie de recientes accidentes mortales ha provocado el debate social, cuyo objetivo es conseguir una mayor seguridad.
Los enemigos de las armas a domicilio argumentan que el número de suicidios, sobre todo entre adolescentes, se reduciría drásticamente si no existiera acceso a las armas en casa. En 2008 hubo en Suiza 259 muertes por causa de arma de fuego. Es así que con el apoyo de 107.000 firmas de ciudadanos se presentó en 2009 la iniciativa popular "Por la protección frente a la violencia de las armas".
División ideológica
Como es fácil de suponer, el texto contrario a las armas estaba apoyado por movimientos feministas, por el Partido Socialista, Verdes y Ecologistas unidos a las iglesias protestantes. En el campo de los amantes de las armas se reúnen todos los partidos liberales, burgueses y de derecha nacionalista. El Consejo Federal (Ejecutivo) ha recomendado al pueblo que rechace la iniciativa dado que consideran que las actuales leyes y reglamentaciones son suficientes para controlar el peligro asociado a las armas de fuego.
Pero no sólo de milicias populares se trata en este debate. Los suizos son grandes aficionados a la práctica del tiro, deporte del que existe una orgullosa tradición de siglos. Baste recordar que el héroe nacional, Guillermo Tell, poseía una puntería legendaria con su ballesta. Es así que los clubes de amantes de las armas y los terrenos especiales preparados para la práctica del tiro deportivo abundan en las verdes praderas helvéticas.
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