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Los intereses de EE UU en Guinea

El "benevolente autoritarismo" del régimen de Obiang

EE UU busca privilegiar las relaciones con Guinea Ecuatorial por encima de consideraciones sobre el respeto de los derechos humanos

Hay pocos telegramas de la Embajada de EE UU en Guinea Ecuatorial, pero suficientes para vislumbrar que este pequeño país africano es importante para EE UU, cuya relación se pretende incrementar y privilegiar por encima de consideraciones sobre el respeto de los derechos humanos que, siempre según los diplomáticos americanos, entorpecen el ritmo de las relaciones diplomáticas de Malabo con Madrid y París. La Embajada de EE UU desea que no ocurra lo mismo en sus relaciones bilaterales con el régimen de Obiang.

El despegue económico de Guinea Ecuatorial se ha producido como consecuencia de los descubrimientos de importantes yacimientos de petróleo, en cuya explotación ya participan muchas empresas de EE UU. La Embajada se marca como objetivo reafirmar la posición de Estados Unidos y evitar que otros países ocupen espacios estratégicos en Guinea Ecuatorial

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En 2009, la Embajada envió varios informes sobre Guinea Ecuatorial, "uno de los países más aislados y peor comprendidos para lectores interesados". Fue al inicio de la presidencia de Obama, cuando existía incertidumbre sobre qué posición adoptaría la nueva Administración ante el régimen de Obiang, especialmente si cambiaría de actitud respecto a la espinosa cuestión de los derechos humanos. En los telegramas se describía un panorama global del país africano con una clara voluntad de orientar a los responsables de la nueva Administración para que no se cambiara el rumbo de la política de EE UU hacia Guinea Ecuatorial.

El desencadenante directo de estos telegramas fue el ataque contra el Palacio Presidencial en Malabo registrado el 17 de febrero de 2009, que fue repelido por las fuerzas de seguridad ecuatoguineanas, hecho narrado en el telegrama 192311 . Las autoridades de Guinea Ecuatorial culparon del ataque al Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger y Teodoro Obiang destituyó a 11 altos cargos de seguridad de su país, entre ellos un tío carnal del presidente. No quedó clara la autoría ni las intenciones del asalto, pero se demostró la debilidad del Ejército.

Un relato complaciente

La Embajada definía al régimen de Teodoro Obiang como un "benevolente autoritarismo" en cuyo seno ya anidaba la posibilidad de que se produjeran cambios positivos. La Embajada mostraba el deseo de privilegiar las relaciones de EE UU con Guinea Ecuatorial y de este modo ocupar un lugar decisivo ante los cambios futuros del país frente a Francia, España y la emergente China.

El relato que hacen estos informes es complaciente con el problema de los derechos humanos. En el telegrama 196480 , de 13 de marzo de 2009, se señala que "persiste la preocupación por los derechos humanos, (...) pero hay señales de que Guinea Ecuatorial camina hacia una mejor gestión de las finanzas públicas, objetivo al que contribuye el apoyo americano."

Los telegramas atribuyen la mala reputación en asuntos de derechos humanos ecuatoguineana a Organizaciones No Gubernamentales con mala información o tendenciosidad, y también echan la culpa a una parte de la prensa española.

A pesar de todo, la Embajada hace un relato pormenorizado de corruptelas en diversos niveles de la Administración y pone el foco especialmente en la esposa de Teodoro Obiang y sus jugosísimos negocios inmobiliarios y en Teodorín, el primogénito play boy acusado también de corrupción. Teodorín ha sido capaz de ofrecer una explicación plausible de sus boyantes finanzas a ojos de la Embajada de EE UU: en una época de vacas flacas de la economía nacional, el Gobierno le dio en concesión una vasta extensión de jungla que decidió explotar junto a un empresario maderero de Malasia consiguiendo enormes beneficios. Fue un buen principio que tuvo su continuación con diversos negocios exitosos. "He tenido mucha suerte en los negocios y me gusta vivir bien. La casa de Malibú ya vale el doble de lo que me costó." [Pagó 34 millones de dólares]

Buen lugar para vivir, complicado para los negocios

El colapso del banco Riggs sobrevuela en este telegrama. El Gobierno de Guinea Ecuatorial mantenía fuertes inversiones en esa entidad. Pese a las sospechas, la Embajada ha evacuado varias consultas y concluye que todas las personas implicadas actuaron de buena fe y que no hubo corrupción. "La fuerte entrada de ingresos provenientes del petróleo y la promesa de atractivos tipos de interés (...) hicieron que personas cercanas al Gobierno de Guinea Ecuatorial abrieran cuentas privadas en Riggs, pero tanto las cuentas del Gobierno como las de los particulares reflejan unos ingresos que cuadran con las cantidades que se generaron tanto de los beneficios provenientes del petróleo como de otras actividades económicas de las personas concernidas".

Aun reconociendo que la Embajada no ha hecho un estudio exhaustivo sobre la corrupción, se afirma en el telegrama que "hay algunas pruebas de carácter anecdótico que sugieren que la incidencia de la corrupción está descendiendo. Los empresarios describen Guinea Ecuatorial como un buen lugar para trabajar y un sitio complicado para hacer negocios". El embajador lo explica a continuación: aunque se trate de un lugar seguro, muchos ecuatoguineanos se mueven sólo en su propio beneficio y en el de sus familias.

Pocos días después, el 30 de marzo de 2009, la Embajada envió el cable 199567 . Trataba de arrojar luz sobre un país que ha pasado en menos de una generación de ser uno de los más pobres a ser uno de los más ricos del mundo.

Según se recogía en el telegrama, el presidente Obiang afirmaba con orgullo que él era la única persona autorizada a disponer de fondos para afrontar pagos de muchos gastos rutinarios del país. La Embajada entendía que esto generara sospechas y creara un evidente cuello de botella organizativo, pero también veía en este rasgo un mecanismo efectivo de control de la corrupción.

Destacaba este telegrama la fijación que había en el país con el alumbrado callejero: "hay decenas de miles de farolas en las calles, pero las han colocado antes de contar con una red eléctrica para encenderlas".

"Ruidoso coro de ex colonialistas españoles"

En Malabo y Bata (cada ciudad tiene 150.000 habitantes) se han construido impresionantes campos de fútbol, palacios y ostentosos edificios de representación pública. La Embajada explicaba tales dispendios por el deseo de no ser menos que sus países vecinos, que en el pasado se habían mostrado tan condescendientes con Guinea Ecuatorial.

Este cable explicaba que la mala percepción internacional que se tenía de Guinea "está animada por un ruidoso coro de críticos de la diáspora y de ex colonialistas españoles. Una parte de medios informativos españoles, malintencionada y dedicada especialmente a ello, no informa de muchas de las buenas noticias que se generan en Guinea y en cambio ofrece un cuadro distorsionado de la situación a quien de modo accidental busque información sobre la ex colonia española."

De inmediato, el telegrama recogía unas cuantas buenas noticias. Los representantes de Coca Cola habían informado a la Embajada de que Guinea Ecuatorial tenía el nivel más alto de consumo de su refresco en toda África y las calles de Malabo y Bata, hasta hacía poco sin asfaltar, estaban atestadas de coches y había taxis a disposición de quien los necesitara.

La Embajada daba por sentado que de democracia no se podría hablar en ningún caso hasta que se muriera "el Jefe" Obiang, pero EE UU estaba, en su opinión, en buena posición para asumir un papel estelar en la ayuda a Guinea. Si no se aprovecha la oportunidad, advierte, otros países lo harán. Y en el telegrama 208194 , del 21 de mayo de 2009, ya se señalaba el peligro con nombres y apellidos: "Si nos mantenemos al margen, dejamos un terreno fértil para otros (por ejemplo, los chinos) cuyos objetivos divergen de los nuestros y aumentan el peligro de que se produzcan cambios que pongan en riesgo las vidas y los intereses americanos".

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El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, en una imagen de archivo.
El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, en una imagen de archivo.GETTY

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