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La educación en valores, fundamento ético para una nueva sociedad

La construcción de una nueva sociedad, sin pobreza ni exclusión social, pasa por la educación. Actualmente no hay nadie que contradiga esta afirmación. Nos la confirma la historia de los países desarrollados, que han llegado a la situación actual porque han invertido en serio en la educación de sus pueblos.

Debemos tener en cuenta cuál es el concepto de educación que manejamos. Ahora todos hablan de educación; los presidentes de cualquier región del mundo en todas las reuniones se refieren a ella y firman compromisos para apoyarla en sus respectivos países. Todos afirman que la educación es indispensable para el despegue económico de los países. Hasta el Banco Mundial se ha metido de lleno en el campo de la educación.

Pero ¿de qué educación estamos hablando? Hay un estudio que mandó hacer la Unesco por medio de la Comisión Internacional sobre Educación para el Siglo XXI, presidida por Jacques Delors. Se afirma en el documento final que "una nueva concepción más amplia de la educación debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas, actualizando así el tesoro escondido en cada uno de nosotros, lo cual supone trascender una visión puramente instrumental de la educación percibida como la vía obligada para obtener determinados resultados (experiencia práctica, adquisición de capacidades diversas, fines de carácter económico) para considerar su función en toda su plenitud. A saber, la realización de la persona que, toda ella, aprende a ser".

Esta nueva concepción nos convoca a comprometernos por una educación de calidad y equidad. En estos días, la Federación Internacional Fe y Alegría está realizando un Congreso de Calidad Educativa en Bogotá, Colombia. Se presentará la propuesta de calidad que Fe y Alegría ha construido en los últimos años y que incorpora la formación en valores como contenido importante de la educación.

No puede haber una educación que no lleve un contenido cultural, un contenido ideológico, un contenido de concepción de vida, del hombre, de la mujer, de la sexualidad, del trabajo. Siempre habrá alguna jerarquía de valores en cualquier acto educativo profundo; siempre habrá una persona humana que está transmitiendo valores. Esto se da en la educación formal y en la no formal, en todo acto educativo.

La educación es necesaria para transformar cualquier ambiente, cualquier oficina, para transformar la misma sociedad. Yo he trabajado en un ministerio, he trabajado en una revolución, y aprendí con mucha claridad que en todo trabajo la labor de motivación de un equipo es básica. Motivar es el secreto, y quien habla de motivación está haciendo referencia a procesos educativos. Estos son más necesarios cuando se trabaja en movimientos sociales. Si queremos que nuestros compañeros y compañeras no se queden únicamente en la repetición de consignas, por muy ardorosas que estas sean, es necesario llegar a la conciencia más honda, para que los procesos sociales sean profundos e irreversibles, y esto se logra a través de la educación.

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