El estamento judicial sueco defiende la actuación de la Fiscalía
Expertos de la Universidad de Uppsala rechazan que haya una conspiración tras el proceso contra Assange y dicen que los pasos seguidos por la fiscal Marianne Ny se enmarcan en la lógica del sistema legal del país
El estamento jurídico sueco ha salido en defensa de la actuación de la fiscal Marianne Ny que lleva el caso por violación contra el fundador de Wikileaks, Julian Assange. Expertos de la Universidad de Uppsala rechazan tajantemente que se pueda tratar de una conspiración y apuntan que es la lógica del sistema legal sueco la que ha llevado a la Fiscalía a pedir la extradición de Assange .
Tampoco el abogado sueco de Assange, Björn Hurtig, cree que haya una conspiración, pero considera que las dos mujeres que le han denunciado, Anna Ardin y Sophia Wilen, actuaron, en realidad, "por celos y decepción". Hurtig aseguró en una entrevista que tenía pruebas "sensacionales" sobre cómo se estaba llevando la investigación contra su cliente, pero que necesitaba el permiso de la Fiscalía para poder hacerlas públicas.
El hecho es que, en términos jurídicos, el fundador de Wikikeaks todavía no ha sido formalmente acusado de ningún crimen, tan solo se le cita para ser interrogado en la investigación que dirige la fiscal Marianne Ny sobre las denuncias realizadas por dos mujeres que tuvieron relaciones con Assange el pasado mes de agosto.
El estamento judicial sueco ha salido en defensa de la legalidad de la actuación de la fiscal y rechaza que actúe por razones políticas. Hans Eklund, profesor de Derecho Penal en la Universidad de Uppsala considera que estas especulaciones tienen su origen en un desconocimiento del sistema legal sueco. "Es totalmente ridículo", ha asegurado en unas declaraciones al periódico local The Local, "no hay ninguna conspiración en este caso. Los políticos no tienen ninguna posibilidad de influir en las decisiones de la Administración judicial, y los ministros del Gobierno tienen absolutamente prohibido involucrarse en los asuntos judiciales". Según Eklund, "si el Gobierno norteamericano hubiera tratado o tratara de amenazar a un fiscal sueco, éste lo hubiera denunciado inmediatamente y se hubiera retirado del caso".
Uno de los argumentos que avalarían la teoría de una conspiración contra Assange, es el hecho de que el primer fiscal que llevó el caso en agosto, retiró los cargos a las pocas horas de haberlos dictado. Eklund reconoce que se trata de "un caso de violación que se halla justo en el borde de la línea" que establece de la definición de violación de la legislación sueca. "Un fiscal hizo una lectura, mientras que el otro lo vio de distinta manera", asegura.
Anna Ardin acusa al fundador de Wikileaks de no haber interrumpido el acto sexual cuando se rompió el preservativo y Sophie Wilen de no haber querido utilizar el preservativo. Ambas mujeres reconocen que las relaciones fueron consentidas y, de hecho, la denuncia no fue presentada hasta que, unas semanas después, Ardin supo que Assange había tenido relaciones con Wilen, como insiste en recordar el abogado del fundador de Wikileaks, que sugiere que la policía y los fiscales "pudieran haber convencido a las mujeres de que habían sido víctimas de un crimen sexual" y que no supieron que habían sido violadas "hasta que llegaron a comisaría".
Iain Cameron, experto en Derecho Penal internacional también en Uppsala, también insiste en que la fiscal Ny no hace más que atenerse a lo que le impone la ley, que no es otra cosa que seguir adelante con la investigación: "Si el fiscal considera que hay suficiente evidencia de que se ha cometido un delito y que tiene posibilidades de probarlo, está obligado a seguir adelante". Reconoce, sin embargo, que el dubitativo comienzo del caso en agosto pone en evidencia que pudo haber dudas sobre el caso.
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