Fuerzas especiales de EE UU participan en operaciones militares en Pakistán

"El Ejército paquistaní acaba de aprobar por segunda vez el despliegue de elementos de las operaciones especiales de EE UU para apoyar operaciones militares de Pakistán. El primer despliegue, con elementos del Comando de Operaciones Especiales Forward-Pakistán empotrados con los Cuerpos Fronterizos en Bajaur, tuvo lugar en septiembre. Anteriormente, la cúpula militar paquistaní había firmemente rechazado dejarnos empotrar personal de nuestras fuerzas especiales en sus fuerzas militares. Los acontecimientos de los últimos dos meses parecen por tanto representar un cambio de marea en su pensamiento".

Con estas palabras, la embajadora estadounidense en Islamabad, Anne Patterson, comunica a Washington el 9 de octubre de 2009 (229065) el fundamental giro dado por la cúpula militar paquistaní. Un cambio fuertemente deseado y buscado por EE UU. Los cables secretos de la diplomacia estadounidense atestiguan la constante y poderosa presión ejercida por Washington para lograr que Islamabad se empeñe en acorralar y aplastar los santuarios talibanes en las zonas fronterizas con Afganistán. EE UU maniobra en varios frentes y el empotramiento de fuerzas especiales en operaciones militares paquistaníes destaca entre ellos. Por su valor táctico-militar y por su extraordinaria delicadeza política: ambos gobiernos saben que la opinión pública paquistaní no toleraría una cooperación semejante, que interpretaría como una cesión de soberanía.

La cúpula del Ejército paquistaní autoriza el empotramiento para apoyo de "inteligencia, vigilancia y reconocimiento" (ISR) y "asesoramiento operativo general". La descripción que hace la embajadora Patterson del primer empotramiento aclara lo que eso significa: "En septiembre de 2009, cuatro militares de las Fuerzas Especiales empotrados con el Cuerpo Fronterizo, en el distrito de Bajaur en la Zonas Tribales Administradas Federalmente, desempeñaron funciones ISR para una operación paquistaní. Este apoyo fue altamente exitoso, y permitió al Cuerpo Fronterizo ejecutar un preciso y eficaz bombardeo sobre posiciones enemigas".

El despliegue inicial previsto por los estadounidenses tras la segunda autorización es mayor que en la primera, pero todavía limitado: seis militares en Waziristán del Sur y otros seis en Waziristán del Norte. Hasta entonces, las Fuerzas Especiales de EEUU habían estado en Pakistán durante más de un año, pero fundamentalmente solo con funciones de entrenamiento. "La paciente construcción de relaciones con los militares es el factor clave que nos han llevado a este punto", explica la embajadora. En un comentario final, esta añade: "Estos despliegues, políticamente, son altamente sensibles a causa de los difundidos temores entre la opinión pública sobre la soberanía paquistaní y la oposición a que fuerzas militares extranjeras operen en el país en cualquier concepto. Si estos acontecimientos recibiesen cobertura mediática paquistaní o estadounidense, los militares de Pakistán dejarían de pedir semejante tipo de asistencia".

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