Los fiscales holandeses pedirán que se retire el cargo de insulto a los musulmanes contra Geert Wilders
El viernes se sabrá si se mantiene la acusación de discriminación e incitación al odio.- El defensor del político islamófobo felicita a la fiscalía pero espera un final de juicio difícil
"Geert Wilders no critica a los musulmanes, sino a su credo. Tampoco pueden extraerse conclusiones negativas para dicha comunidad, cuando el político pide que se prohíba el Corán, que compara con el Mein Kampf, de Hitler". Con estas palabras ha justificado el fiscal Paul Velleman la absolución sobre este punto que piensa solicitar en el juicio seguido contra el líder islamófobo holandés. Según él, la figura penal de insulto a un grupo concreto de población "debe interpretarse de forma restringida; la libertad de expresión de los políticos es amplia".
Wilders encabeza el Partido de la Libertad y es la tercera fuerza política de Holanda. Su apoyo desde el Parlamento es indispensable para que liberales de derecha y democristianos formen el nuevo Gobierno de coalición de centro derecha que presentarán el jueves. Aunque él no contará con ministros propios, su influencia se dejará notar sobre todo en las políticas de inmigración e integración.
El anuncio de los fiscales de retirar el cargo de insultos a los musulmanes no ha sorprendido. Ellos mismos consideraron en su momento que no había razón para encausar a Wilders. "Es como si alguien dijera que los cristianos son extraños. Podría extraerse una conclusión negativa sobre un grupo determinado de personas. Pero no es lo bastante grave como para dañar la imagen de los afectados", ha dicho Velleman, durante la vista. Bram Moszkowicz, abogado de Wilders, le ha felicitado con cautela por ello. El viernes llegará la argumentación sobre la acusación de incitación al odio y discriminación. "Y eso será más complicado", ha admitido.
La fiscalía también considera, por ahora, fuera de lugar que la acusación privada reciba una indemnización. Formada por asociaciones de inmigrantes antillanos, turcos y marroquíes, además de un grupo antirracista, no habrían sufrido un perjuicio directo por las declaraciones del político. Este colectivo pedía un euro simbólico como compensación, además del pago de las costas del juicio.
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