Fini lanza el último ataque a Berlusconi: "Destruye la democracia"
El presidente de la Cámara acusa a su ex aliado de alimentar una "obsesiva campaña" con pruebas falsas
El presidente de la Cámara, Gianfranco Fini, ha lanzado hoy un durísimo ataque final contra su ex aliado Silvio Berlusconi, al que ha acusado de estar detrás de una "obsesiva campaña de prensa y televisión" diseñada para destruir su carrera política. "El que utiliza los medios de comunicación como un fin y no como un medio, para tratar de eliminar a los adversarios políticos con amenazas, falsedades, dossieres y calumnias, destruye la democracia", ha dicho Fini, que ha implorado: "Quien alimenta ese juego de la masacre debe pararse".
Tras pasar casi dos meses bajo el fuego de mortero de la prensa afín a Berlusconi, Fini ha emitido hoy un esperado vídeomensaje de nueve minutos a través de las páginas web de sus diarios y fundaciones. El objetivo era contar su verdad sobre la historia del apartamento de Montecarlo que pertenecía a Alianza Nacional (su anterior partido) objeto de la polémica.
El ex líder de AN se ha declarado "amargado", y ha admitido que el partido vendió en 2008 el piso, "que estaba en pésimo estado y mide 50 metros cuadrados" a la sociedad opaca Printemps, con sede en Santa Lucía (Caribe), por mediación de su cuñado, Giancarlo Tulliani. Según Fini, el partido consideró el precio, de 300.000 euros, adecuado porque superaba en un 30% el de una tasación oficial.
Fini ha asumido que la operación fue, en cualquier caso, "una ligereza o una ingenuidad", pero en ningún caso un delito ni un daño para el partido. Disparando directamente contra Berlusconi, ha recordado: "Yo no tengo yates, villas y cuentas en paraísos fiscales, a diferencia de otros que para pagar menos impuestos tienen parte de su patrimonio personal y empresarial en sociedades opacas".
El líder, usando un tono sereno y triste, se ha definido como uno de los pocos políticos italianos que jamás ha tenido problemas con la justicia. Luego ha asegurado que tiene dudas de que su cuñado sea el dueño del piso, y que si lo es dimitirá de su cargo. "Le he preguntado numerosas veces si es el propietario; me ha dicho que no", ha revelado. "También le he pedido que lo deje y no lo ha hecho; espero que lo haga, al menos para devolver poco de calma a mi familia".
Escala la tensión
A cuatro días de la comparecencia parlamentaria del primer ministro, que debería aclarar si dispone todavía de los votos necesarios para seguir gobernando, las palabras de Fini suponen una nueva escalada de la tensión, lo que sugiere que la legislatura está cada vez más cerca del final.
El centro derecha, ha admitido Fini, está viviendo "una furibunda lucha interna". Sobre el posible voto anticipado, el líder de Futuro y Libertad para Italia (FLI) ha reiterado que es responsabilidad de Berlusconi seguir gobernando "porque los italianos desean que lo haga. Espero que el jefe del Gobierno sea de la misma opinión. Si no es así, yo al menos tendré mi conciencia en su sitio".
Los periódicos Il Giornale y Libero acusan a Fini de haber facilitado a su cuñado, Giancarlo Tulliani, un apartamento que fue legado en herencia en 1999 a Alianza Nacional por una condesa filofascista.
El cuñado de Fini sostiene que reside alquilado en ese piso y que paga la renta a dos sociedades situadas en Santa Lucía, pequeña isla caribeña y paraíso fiscal. El viernes, el ministro de Justicia de Santa Lucía, Rudolph Francis, afirmó en una declaración leída que el propietario de esas dos sociedades off shore es el cuñado de Fini, confirmando la autenticidad de una carta confidencial dada a conocer por dos diarios de Santo Domingo.
A diferencia de sus partidarios, Fini ha atribuido ese exótico circuito a "personajes turbios y desacreditados" -"¿quién paga sus gastos?", se ha preguntado- y ha absuelto a los servicios secretos.
Berlusconi: "Mejor dejarlo estar"
El penúltimo golpe sobre la casa es de hoy mismo, y se debe a un ex senador de la Liga del Norte, el abogado Renato Ellero, quien ha revelado que la casa de Montecarlo es de un cliente suyo, "y no de Giancarlo Tulliani".
El ex senador ha explicado que ni Fini ni su mujer ni su cuñado son sus clientes, y que el verdadero propietario de la casa monegasca "vive fuera de Italia y tiene dinero como para comprarse no el apartamento sino el edificio entero". Según Ellero, su cliente e "un financiero de unos 60 años y ha decidido hablar después de oír mentir al ministro de Santa Lucía".
Berlusconi, por su parte, ha hablado hoy por audio (el mensaje grabado está de moda en Italia) a sus Paladines de la Libertad (los jóvenes del partido), y ha dicho: "En estos días la imagen que se da de la política es verdaderamente un desastre, mucho peor que el habitual teatrito. Charlas, insultos, falsedades... Mejor dejarlo estar. Fuera del teatrillo, el Gobierno del fare sigue trabajando en silencio sobre cosas concretas, en interés de todos los italianos".
La arenga final estaba lejos de resultar irónica, aunque pueda parecerlo: "Los italianos tienen hoy una extrema necesidad de valores positivos, de valores éticos y morales, tienen necesidad de recuperar la confianza en el Estado".
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