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El portero del Flamengo asistió al estrangulamiento de su amante

Bruno Fernandes ordenó matar a la madre de su hijo después de que ésta se negara a abortar

Bruno Fernandes, el portero y capitán del popular equipo de fútbol brasileño Flamengo de Rio de Janeiro, alentó y presenció el asesinato de su ex amante. La planificación y ejecución de la modelo Eliza Samudio fue tan malévola que el jefe de departamento de Investigaciones de la Policía del Estado brasileño de Minas Gerais, Edson Moreira, tras reconstruir el martes el estrangulamiento, no dudó en calificar al futbolista de "monstruo". La joven, a la que había conocida en una orgía, había dado a luz un hijo de Fernades después de que éste intentara en vano convencerla de que abortara.

Los medios de comunicación brasileños permanecen conmocionados después de que el portero haya expresado sólo su contrariedad por no poder jugar la Copa del Mundo de 2014 con la selección canarinha. La policía tampoco oculta su desagrado: "Estamos impresionados con la monstruosidad del caso", dijo Moreira, que lo definió como "crimen premeditado, planeado y fríamente ejecutado". Según la policía de Minas, Bruno no sólo asistió a la ejecución, sino que habría sido el "más frio" de los cuatro paricipant6es en el crimen. Sólo uno de ellos, un joven de 17 años que acabó confesando y llevó a la policía al lugar del asesinato, rompió en llanto al describir la escena.

El autor material del estrangulamiento mientras la víctima tenía las manos atadas a la espalda, fue el ex policía Marco Antonio Aparecida dos Santos, conocido como El Bola, quien desde que había sido expulsado del cuerpo se dedicaba a criar y entrenar perros rottweiler. Fue él quien arrojó el cuerpo de la joven a sus perros y cubrió los huesos con cemento.

Desde el martes la policía busca con pico y pala la sepultura de la joven en algún lugar de la casa del Bola, en la localidad de Vespasiano, a 30 kilómetros de Belo Horizonte. Eliza Samudio fue conducida allí bajo engaños después de haber pasado varios días secuestrada en la finca de Bruno Fernandes en Esmeraldas, en donde fue torturada psíquica y corporalmente.

Cuando el 9 de junio llegó a la casa del ex policía, Eliza dijo que ya no aguantaba más tantas torturas. El Bola, después de haber olido sus manos le dijo: "Ya no vas a ser más torturada. Vas a morir enseguida". Y allí, frente a su ex amante Bruno, del amigo de éste llamado Luiz Henrique Ferreira y apodado Macarrón y del adolescente que confesó el crimen, la asfixió con una corbata.

Según escribe hoy la versión digital de la revista VEJA, "la policía no tiene duda alguna de que Bruno fue a Vespasiano a presenciar el estrangulamiento de su ex amante". El portero llegó al lugar donde la joven iba a ser ejecutada en una Ford Ecosport dorado de su propiedad. Viajaba al lado de Macarrón que conducía el coche. Detrás, el adolescente. En cuanto llegó al lugar de la ejecución, Bruno quemó enseguida la maleta con las ropas que había llevado Eliza.

La joven llegó a casa del Bola convencida de que Bruno le iba a poner allí un piso para ella y su hijo. Le esperaba sólo la muerte. A Bruno la cárcel, y a su equipo, el Flamengo, la vergüenza. El abogado del club ha abandonado la defensa del jugador. Su hijo, de cuatro meses, ha pasado a custodia de la madre de la joven asesinada.

Bruno Fernandes, portero del Flamengo, en el momento de pasar a custodia policial.
Bruno Fernandes, portero del Flamengo, en el momento de pasar a custodia policial.AFP

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