El agresor de Berlusconi, absuelto por incapacidad mental
Tartaglia lanzó una estatuilla al primer ministro durante un mitin en Milán que le alcanzó de pleno el rostro y causó heridas
Massimo Tartaglia, el hombre que el pasado 13 de diciembre lanzó una estatuilla de la catedral de Milán contra el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha sido hoy absuelto porque los jueces han considerado que era "totalmente incapaz de discernir" en el momento del hecho, y por tanto no es jurídicamente imputable.
Lo ha decidido hoy la juez de Milán Luisa Savoia, quien ha ordenado que Tartaglia, que se encuentra en arresto domiciliario en un centro de atención psiquiátrica, permanezca durante un año en situación de libertad vigilada y que durante ese tiempo cumpla "todas las indicaciones del director del centro".
Durante ese periodo, Tartaglia podrá obtener permisos para visitar a su familia pero no podrá participar en actos y manifestaciones públicas, ya que los peritos lo consideran "socialmente peligroso".
La juez ha acogido favorablemente la petición del fiscal adjunto de Milán, Armando Spataro, que había pedido la absolución de Tartaglia atendiendo a la pericia psiquiátrica que certificó su incapacidad en el momento de la agresión. La defensa pidió su absolución sin restricciones, ya que considera que Tartaglia no constituye peligro alguno.
Tartaglia, un diseñador informático de 42 años que se encontraba en tratamiento psiquiátrico desde hace una década, agredió con una estatuilla turística al primer ministro italiano al final de un mitin electoral del Pueblo de la Libertad celebrado en la plaza del Duomo de Milán. El pesado souvenir causó heridas a Berlusconi en la nariz y dos dientes que requirieron entre 30 y 40 días de curas.
Tras la agresión, la popularidad del primer ministro alcanzó su máxima cota histórica, por encima del 65%. Berlusconi perdonó a su agresor, pero tanto él como su entorno achacaron la agresión al clima de odio alentado por la oposición y los medios de información contra el primer ministro. De ahí nació el eslogan con el que el PDL, rebautizado como el Partido del Amor, se presentó a las elecciones regionales de marzo: "El amor siempre vence siempre sobre la envidia y el odio".
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